Durante cerca de dos horas, Cristina Cifuentes estuvo conversando con votantes descontentos del PP, que le pidieron desde un revulsivo y medidas "ilusionantes" a que no se olvide de los principios y valores de la formación. Un joven le dijo a la cara que le parecía "simpática" pero que en las últimas elecciones había votado a Ciudadanos. Y fueron varios los que apuntaron, más que a Cifuentes, a Mariano Rajoy con sus quejas y reclamaciones.
La presidenta del PP de Madrid prometió autocrítica y aseguró que trabaja por alejarse de la imagen de partido "viejuno" que "viene de otro mundo". Si bien, precisó, "una cosa es que haya cambios en el discurso" y otra es "renunciar a lo que tú eres". En este sentido, algunos asistentes sacaron a colación desde la política antiterrorista a la ley del aborto. Ante el requerimiento de los moderadores del acto, los periodistas Pablo Montesinos de este medio y Javier Casqueiro de El País, Cifuentes prometió que solicitará al presidente que participe con ella en un nuevo acto con simpatizantes desencantados.
Ciudadanos ocupó buena parte de la charla, que después prosiguió ya sin los micrófonos grabando. La líder regional llegó a preguntar a Bruno, uno de los participantes, por qué se decantó por el partido naranja en los últimos comicios, pero se cuidó de romper los puentes con sus aliados de investidura. Según dijo, el distanciamiento con Ciudadanos "no es real", aunque las relaciones "sufren altibajos".
"La situación real (con Cs) no es la que ponen los medios de comunicación", indicó Cifuentes en el Club Financiero de Génova, donde se produjo el debate. Para la presidenta del PP de Madrid, la formación de Albert Rivera "es lo que es a costa" de los votantes desencantados del PP y algo menos del PSOE, y también por su discurso "monocorde" sobre la corrupción para que "electoralmente les dé un rédito". A su juicio, son "votos alquilados" que los mantienen hablando constantemente de corrupción, informa la agencia EFE.
Los asistentes se quejaron, con carácter general, del "inmovilismo" del PP que sigue haciendo "más de lo mismo", a lo que Cifuentes respondió que ella siempre ha defendido sus pensamientos en el seno del partido desde hace "más de 15 años", como el matrimonio homosexual cuando era diputada.
"El político está para servir al ciudadano y se ha estado perdiendo, era una clase aparte", lamentó Cifuentes, y añadió que lo importante es "estar en la calle" y que no sea algo "excepcional". Ante las quejas, reconoció que "es más fácil iniciar una relación que reconducir una que ya esta deteriorada", y subrayó que "reconectar" de nuevo "es más complicado".
Por su parte, apareció el tema de la corrupción en varias ocasiones. A su juicio, el PP se quedó "un poco noqueado frente a todo lo que se le venía encima" con los casos de corrupción, pero quiso sacar pecho: "Se tomaron medidas que nunca nadie había hecho". "Medidas que si se hubieran hecho antes se hubieran evitado" esos casos, recalcó.
"Tenemos que explicar más las cosas", resumió Cifuentes. Abogó por gobernar mirando "a la gran mayoría" que no tiene "una "ideología clara" pero quiere un Ejecutivo "responsable". "Siempre habrá parte del electorado que no esté contento", llegó a confesar. En ningún momento, quiso chocar con Mariano Rajoy, aunque algunos asistentes aseguraron que ven diferencias entre ambos.