Mariano Rajoy, de momento, dice estar tranquilo. No esperaba otra cosa de Pedro Sánchez, con quien tiene una relación manifiestamente mejorable. Lo más que le preocupaba era un posible giro del PSOE en la defensa de la unidad nacional y, tras despachar telefónicamente con él y la postura tomada sobre este asunto por José Luis Ábalos en la moción de censura, entiende que seguirá estando al lado del Gobierno, lo que "automáticamente le cierra algunas puertas". Si bien, dicho esto, en el PP se preparan para una etapa muy dura en el Parlamento y de insistentes rumores sobre negociaciones a poca luz y otra moción de censura.
La intervención de Ábalos, con continuos guiños a Podemos, provocó unas "sospechas" en el PP que se confirmaron tras leer el artículo de Sánchez en El Mundo. "Que se dedique a ganar elecciones y no a querer echar a quien las gana", zanjaron desde la dirección nacional. Aunque, para Génova, los números siguen siendo muy complicados para Sánchez. Comprobadas las chispas entre Albert Rivera e Iglesias, las fuentes consultadas consideraron muy difícil juntar hoy por hoy en el mismo pacto a esas formaciones. "Se produjo un distanciamiento muy definitivo", subrayó Íñigo Méndez de Vigo. Y la otra opción, la de añadir a Bildu y ERC en la suma, también se calificó de "insostenible".
Rafael Hernando, el portavoz del grupo popular, hizo cálculos públicamente en una entrevista en Antena3. "El PSOE tiene que decidir qué quiere", afirmó, antes de recordar que Unidos Podemos sólo contó en la moción con el apoyo de "los viejos amigos de ETA y los que promueven la destrucción de la soberanía nacional y de España". "No sé si el PSOE está por hacer esos pactos o por hacer una oposición dura y a la vez constructiva", añadió. "O Sánchez nos está engañado y no defiende la unidad de España, o es imposible", se reafirmó un miembro del Ejecutivo.
Para el entorno de Rajoy, Sánchez "vuelve a cometer los mismos errores de antaño". "Sigue teniendo prisa por llegar al poder sin ganar las elecciones. Y, como estrategia política, apretar las manos a Iglesias es letal para los intereses del PSOE y de España", resumió un interlocutor directo del presidente. "Nos parece bastante insólito que quieran persistir en esa voluntad de sustraer del Parlamento esos votos de españoles que confiaron en el PP", destacó Andrea Levy en esRadio. Y remató: "Yo le recomendaría que ganara elecciones".
A partir de ahí, fuentes populares sí admitieron con pesar que el líder socialista logró hacerse con la atención general en el día después de la fracasada moción de censura, cuando ellos pretendían seguir sacando pecho del "éxito" de Rajoy en el trance parlamentario con Iglesias. Y, con independencia de su posible acercamiento a Podemos en búsqueda de otra moción, en el PP son conscientes de que "los nubarrones" están a la vuelta de la esquina en el Congreso, donde ya se prepara la reprobación de Cristóbal Montoro. "Van a ir reprobando ministros hasta que no les quede ni uno", auguraron en la dirección del grupo popular.