En septiembre del año pasado, el programa La Tuerka, dirigido en esta ocasión por Juan Carlos Monedero, decidió tratar un asunto muy recurrente en el ambiente de la extrema izquierda: el feminismo, el heteropatriarcado y la pornografía.
La responsable del área de igualdad de Podemos, Clara Serra, la responsable del área autonómica de igualdad de Podemos, Beatriz Gimeno, la actriz porno Amarna Miller y la directora del centro de estudios de género de la Universidad de la Coruña, Rosa Cobo, fueron las invitadas de aquel programa, encargadas de analizar tan espinoso asunto.
Se trataron cuestiones tan trascendentes como si una feminista puede o no ver cine pornográfico, si existe o no el porno feminista, o si las feministas hacen o no un problema de la contemplación de la pornografía.
Las sesudas reflexiones de las tertulianas, dirigidas por Monedero, encajaban conceptos como la pornografía como un producto masculino y la libertad de las mujeres para consumirlo y los conflictos que esto genera en el feminismo.
Se preguntaba Monedero si el consumo femenino de la pornografía es una superación del carácter masculino del mismo, o una rendición al machismo de las feministas consumidoras de productos pornográficos.
En este marco, Clara Serra hacía una serie de afirmaciones llamativas que han valido varios comentarios en redes sociales. Serra destacaba:
Hay que asumir que en la medida en que los deseos no son constituidos por uno mismo, e incluso que el patriarcado puede estar ahí detrás de los deseos de las mujeres, la humillación es una cosa que las mujeres pueden desear. Y cuando digo humillación quiero decir que existe la fantasía de violación, existe la fantasía del sexo con violencia, etc. Y esto no es una cuestión marginal ni una cuestión de deseo masculino. Yo afirmo que eso es un deseo femenino, que muchas mujeres tienen constituido así su deseo. Yo, evidentemente, lo problematizaría, pero creo que las feministas hacemos muy mal si nos quedamos las mujeres sin la satisfacción de nuestros deseos y culpabilizándonos a nosotras mismas por lo que deseamos. Creo que la emancipación no puede venir por esa vía. Entonces habrá que verlo de manera más compleja para que eso no sea un camino. Si el feminismo hace sentirse mal a algunas mujeres por lo que desean creo que vamos mal.
Monedero recogió pronto el guante para que Serra aclarase si había querido decir que si una mujer tiene una fantasía de violación, tiene derecho a "buscarlo". Serra insistía en que a lo que tenía derecho era a cumplir su fantasía, pero entendiendo que se realizaba el acto "como fantasía" y, por tanto, de forma consentida.