A estas alturas, nadie en el PP discute que Fernando Martínez-Maillo es el jefe de Génova en el día a día. Disfruta de una interlocución directa y muy fluida con Mariano Rajoy y es el encargado de intentar apagar los incendios políticos que van apareciendo. Muchos de ellos en clave interna, como los líos que se viven en la provincia de Valencia, donde ha impedido que se celebre su congreso y ha amagado con una gestora. Pero, sin embargo, hay alguien que está por encima de él en el escalafón, que es la secretaria general. "La coordinación es buena" por lo que "todo está bien", según el equipo de la número dos. "Formalmente, todo va bien", tiró de ironía un miembro de la dirección nacional.
La realidad es que María Dolores de Cospedal dedica la mayor parte de su tiempo al ministerio de Defensa, que es su gran prioridad. De hecho, es casi unánime la percepción en el partido de que ha ganado muchos enteros entrando en el Ejecutivo. "Sin duda, ha salido reforzada", en palabras de un miembro de la cúpula. "El papel de ministra de Defensa le va como anillo al dedo. No hay duda de que ha conseguido sobreponerse ante una época difícil", según un barón autonómico. Si bien, en los temas importantes del partido, se resiste a quedar al margen. "Está al tanto de todo", corroboraron fuentes del Comité de Dirección.
Y, en ocasiones, algunos cargos del partido aseguran que surgen las fricciones. En Génova rechazan que haya una guerra soterrada entre ellos, como sí ocurría entre Cospedal y Ana Mato, pero no se entienden siempre, no hay sintonía del todo. Cada uno va por su lado, aunque luego se reúnan todos los lunes en el Comité de Dirección del PP y se crucen llamadas y mensajes. "Cospedal, por ser quien es, tiene autoridad propia y Maillo, al llamar en nombre de Génova, también", resumieron las fuentes consultadas.
Después de maitines, Maillo y Jorge Moragas comen casi todas las semanas con los vicesecretarios generales y comentan la actualidad de forma informal. Unas citas a las que rara vez asiste Cospedal, salvo que también acuda Rajoy. Pasó el lunes 29, después del enfado del presidente en la rueda de prensa por las preguntas sobre la victoria de Pedro Sánchez, pero no pudo estar todo el almuerzo -de varias horas- por cuestiones de agenda del ministerio.
Para el PP, "no" es de extrañar que exista cierta tensión en ocasiones, aunque en el día a día los responsables autonómicos y locales consultados por este diario explican que, en la gran mayoría de los casos, la llamada que reciben para solucionar los embrollos internos es la de Maillo. Isabel Bonig, por ejemplo, mantiene un pulso con el coordinador general por el congreso de Valencia. Ella reclama que se vote y él unidad ya que "hay un enfrentamiento muy fuerte" entre los dos candidatos, Vicente Betoret y Carmen Contelles, y se teme la fractura total.
"La situación está bien", zanjaron desde el entorno del presidente. Rajoy tiene "total" confianza en Cospedal y "está contento" con el papel de Maillo, que ya hacía antes incluso de que fuera nombrado coordinador general en calidad de vicesecretario de organización. Actualmente, es clave en la comunicación con Ciudadanos, toda vez despacha habitualmente con José Manuel Villegas. Y, esta misma semana, se encargó de llevar la estrategia sobre la comisión de investigación sobre la presunta financiación del PP, atendiendo durante cuatro días seguidos a los medios de comunicación, con los que -al igual que los vicesecretarios- tienen un trato mucho más próximo que al de épocas anteriores.