El Gobierno y el PSOE consideran la política antiterrorista una cuestión de Estado en la que no ha de haber aristas, y así quisieron escenificarlo en la sesión del control en el Congreso de los Diputados. Atrás quedaron las disputas entre populares y socialistas en este sentido. Tanto es así que los diputados del Grupo Popular aplaudieron a Antonio Hernando, que recordó a José Luis Rodríguez Zapatero cuando dijo "la nuestra será una democracia sin terrorismo" pero "no sin memoria".
"Suscribo el 100% de sus palabras", transmitió Mariano Rajoy a Hernando, que afirmó que ETA solo "ha querido recuperar protagonismo" con "un acto de propaganda" pero que siguen sin tener "un gesto de humanidad" pidiendo perdón a las víctimas.
El presidente, por su parte, reiteró el discurso que viene repitiendo desde el último paso de la banda terrorista. "ETA es una organización terrorista y no se negocia con terroristas. No conseguirá ningún beneficio político", destacó, en un momento en el que el PNV -con quien negocia los Presupuestos- le reclama un cambio en la política penitenciaria. El martes, Rajoy jugó al despiste cuando los periodistas le preguntaron si tiene previsto volver a reunirse con Íñigo Urkullu la próxima semana. "No hay ninguna reunión en ninguna agenda pública", contestó con una sonrisa.
Urkullu, que se trasladó a la Moncloa la pasada semana para hablar de ETA con Rajoy, quiere un acercamiento de presos de la banda terrorista al País Vasco. Un extremo que, al menos públicamente, el Ejecutivo rechaza. "Si ETA quiere desarmarse que lo haga, que lo haga ya y sin más dilaciones. La mejor forma de hacerlo es que digan donde están las armas. Y, a partir de ahí, lo que queremos es su disolución", insistió el jefe del Ejecutivo en el Congreso.
Para Rajoy, el objetivo es "cerrar" una etapa "de muerte y de sufrimiento". "Quiero terminar recordando a las víctimas del terrorismo", concluyó, recibiendo la ovación de los suyos.