Esperanza Aguirre quedó fuera de la foto, apartada de la fila de asientos de los primeros espadas, pero el PP de Madrid le dedicó su última gran ovación. De varios minutos, con ella en el atril, emocionada. Después, uno a uno, los intervinientes elogiaron su liderazgo y su gestión, dejando a un lado los oscuros episodios que le llevaron a dar un paso atrás hace poco más de un año. El más tibio fue Mariano Rajoy, con quien ha tenido más de un encontronazo desde aquél congreso de Valencia de 2008, pero también la citó.
Fue la despedida definitiva de Aguirre, al frente del partido durante 12 años. El presidente pidió a la estructura madrileña "unidad bajo el liderazgo indudable e indiscutible" de Cristina Cifuentes y María Dolores de Cospedal dijo a las claras que es "el futuro" del partido. Actualmente, Aguirre es la líder de la oposición en el Ayuntamiento de la capital, pero la dirección nacional no cree que sea la mejor opción para los próximos comicios y en los mentideros políticos se lleva ya tiempo escuchando algunos nombres. Por ejemplo, el de Pablo Casado, actual vicesecretario de comunicación y que se formó políticamente bajo el amparo de la otrora poderosa baronesa.
A la espera de esa posible batalla, Aguirre dijo adiós este viernes a un PP que controló férreamente. Primero, fueron los afiliados de base los que no la dejaron empezar su discurso con un larguísimo aplauso. Después, no sin mentar su carácter, el histórico Juan Carlos Vera recordó que gracias a ella el partido llegó a lo más alto. "Eres una de las más grandes políticas que ha tenido la democracia española", le dijo Cospedal, con la que también tuvo fuertes discusiones. "Te quiero dar las gracias por tu vocación", continuó la número dos del partido, que también citó su "carácter".
Y llegó el momento de Rajoy. Nada más mentarla, el público aplaudió y ella respondió al gesto levantándose por enésima vez. "Le has dedicado, como me sucede a mí, una parte muy importante de nuestra vida a la política. Creo que debemos de estar satisfechos y también de lo que vamos a hacer en el futuro", soltó. Antes, ya había recordado que Aguirre ganó las últimas elecciones aunque no pudo gobernar y sacó pecho de éxitos electorales en Madrid. "Somos militantes de un partido que lleva más de 20 años ganando el 100% de las convocatorias que se han celebrado en Madrid", proclamó el presidente.
En síntesis, el "fin del aguirrismo", como se encargaron de remachar desde el equipo de Cifuentes, muy distanciada con su antecesora aunque públicamente trataron de guardar las apariencias. En la práctica, todo el mundo pudo comprobar que Aguirre estaba de salida en el arranque del cónclave de los populares madrileños: no hizo la entrada triunfal con Rajoy y la flamante líder regional, desapareció de las fotos oficiales de Génova y fue situada en un lateral del auditorio.
Ahora, tras más de un año al frente de la gestora, Cifuentes colocará a los suyos en la nueva dirección y su poder será total. "Cristina ha devuelto la ilusión a los madrileños en una forma de hacer política que es la del PP, fundamentada en la responsabilidad y la altura de miras y en creer que todo se puede conseguir", destacó Cospedal, su gran aliada en Génova.