Mariano Rajoy reclamó al PSOE unidad para hacer frente al pulso separatista. Lo hizo en un momento en el que arrecian los movimientos internos de cara a la batalla por la secretaría general de los socialistas. "Estamos hablando de la unidad de nuestro país", recordó en la sesión de control al Gobierno, después de que Antonio Hernando le preguntara por su plan de acción. Para el presidente, es capital que, pase lo que pase, el consenso se mantenga en los denominados grandes asuntos de Estado. Y en el PP no se cansan de recordar los "conqueteos" de Pedro Sánchez con los secesionistas.
En paralelo, pero desde el Senado, su número dos en el Gobierno y clave en la estrategia con respecto a Cataluña no dudó en corregir a Francisco Pérez de los Cobos, que aseguró que el Tribunal Constitucional no resolverá la crisis vigente: "Indudablemente, es un elemento para la resolución de conflictos", zanjó Soraya Sáenz de Santamaría. Cabe recordar que, hasta la fecha, el Ejecutivo siempre ha escogido la vía judicial para intentar frenar a la Generalidad.
En síntesis, el jefe del Ejecutivo cree que, a estas alturas, la única estrategia que puede funcionar es la suya. A saber, mantener la comunicación política e institucional con la Generalidad pero dejando claro que el referéndum es ilegal y, en consecuencia, no se puede celebrar. "Me temo que ustedes no me han aportado ninguna idea que me sirva para resolver este asunto", replicó Rajoy a Hernando, toda vez se muestra muy escéptico ante la idea de que una reforma de la Constitución pueda solucionar nada.
Para Rajoy, abrir el melón constitucional solo acarrearía problemas, aunque se mostró proclive una vez más a escuchar "atentamente" las sugerencias del PSOE sobre Cataluña. "Hay que dar un pasito más allá", le reclamó Hernando, para quien no solo se puede responder con el cumplimiento de la ley. "El ruido es mucho, hay un ruido ambiental enorme, pero después hay un silencio sepulcral", dijo el portavoz socialista en un momento de su intervención. "Mantengo mi plena disposición al diálogo con las instituciones autonómicas, desde la lealtad, eso sí, a la ley, la Constitución y el Estatuto de Autonomía", se reafirmó el presidente, como también hizo Santamaría.
Rifirrafe con Tardá
Antes, el jefe del Ejecutivo ya se tuvo que pronunciar sobre el asunto, toda vez Joan Tardá utilizó el pleno sobre el último Consejo Europeo para criticar la sentencia "política" que inhabilita políticamente a Artur Mas durante dos años. "En Europa, todos los ciudadanos, incluidos también los gobernantes, están sometidos a la ley, y también las personas a las que usted se refiere", razonó, en referencia al expresidente autonómico, Joana Ortega e Irene Rigau.
Tardá fue durísimo y acusó al Gobierno y a la Justicia de perpetrar "un ataque a los derechos de la ciudadanía catalana en forma de sentencia política". "¿No sabe usted que a mayor represión, menor democracia y menos Europa?", espetó, asegurando que "no caben amenazas" pues "no son los tiempos de sus abuelos".
"Sin ley no hay democracia", contestó Rajoy en la sede de la soberanía nacional, para a renglón seguido considerar "absurdo" que él tenga que dar "a estas alturas esta suerte de explicaciones". Y, aprovechando la UE como percha, consideró que "lo más antieuropeo es saltarse la ley" y que esa es una de las razones por las que "nadie hace caso en Europa" a los planteamientos separatistas.
La próxima semana, Rajoy visitará Barcelona para clausurar el congreso del PP catalán, en el que Xavier García Albiol será designado presidente regional de la formación.