En esencia, Mariano Rajoy no pretende moverse, al menos de momento. Su equipo asegura que no quiere una ruptura con Albert Rivera, al que denomina su "socio preferente" y con quien podría tener nuevos "guiños", pero se resiste a avanzar en aquellas medidas que suscribió en su día porque "eran lentejas" y "no había otra opción". "Resistimos", zanjaron fuentes de la dirección nacional, tras la brecha con Ciudadanos por la falta de avances con respecto al acuerdo de investidura y la crisis política en Murcia.
Según el PP, la interlocución con el partido "naranja" es permanente y al más alto nivel. Además de los contactos que puedan tener sus primeros espadas, y que suelen ser discretos, Fernando Martínez-Maillo y Rafael Hernando despachan con sus homólogos de Ciudadanos cada vez que es necesario en un clima de cordialidad. "En ocasiones, a Rivera le gusta teatralizar. Son más duros en público que en privado", deslizaron las fuentes consultadas.
Sea como fuere, no está siendo una buena semana para la salud de las relaciones. El martes, los negociadores de Ciudadanos y PP se reunieron a puerta cerrada en el Congreso para abordar la limitación de mandatos y la eliminación de aforamientos, extremos a los que Rajoy se comprometió el pasado verano. Al término, Juan Carlos Girauta vio "encarriladas" las medidas. Pocos minutos después, los populares prefirieron que fuera un portavoz de segundo escalón quien replicara que nada de eso. "Ambas cuestiones requieren de una reforma Constitucional", dijo José Antonio Bermúdez de Castro. Y Rajoy ya ha advertido en más de una ocasión que no quiere abrir ese melón, toda vez considera que acarrearía más problemas que soluciones.
Ciudadanos también anunció una comisión para investigar la presunta financiación irregular del PP. Girauta le entregó un documento a Hernando, que este se comprometió a leer. "No hay prisa", replicó poco después, afirmando que "de momento" no se creará porque, arguyó, las subcomisiones que ya están en marcha en la Cámara Baja son suficientes.
Así las cosas, la estrategia de Génova, dictada por Rajoy en el Comité de Dirección del lunes, se ha basado en afirmar que el PP es un partido serio que cumple sus compromisos pero que Ciudadanos ha de tener en cuenta "las dificultades" de lo que reclama. "No es que no queramos cumplir" pero "ponemos sobre la mesa las dificultades que existen", no se ha cansado de repetir Maillo estos días. Hernando llegó a meter miedo con la posibilidad de que Podemos fuerce un referéndum si finalmente se retoca la Carta Magna. "Tenemos actitud de diálogo" pero "hay que tener cuidado", insistieron los portavoces autorizados del PP.
Una tensión, rebajada oficialmente por los populares, que aumentó aún más este jueves tras estallar el acuerdo en Murcia al tiempo que, tanto a nivel regional como nacional, se anunciaron contactos con Podemos y PSOE. "No hay que mezclar un pacto con otro. Son cosas distintas", se replicó desde Génova. Sea como fuere, el PP volvió a mostrar su respaldo a Pedro Antonio Sánchez, que el lunes declarará como investigado en el caso Auditorio.
Básicamente, Sánchez niega la mayor, dice que "el pacto se está cumpliendo" y pone la línea roja en la apertura del juicio oral. Además, según su equipo directo, "Ciudadanos no puede echarse en brazos" de socialistas y el partido morado. Esto es, no habrá moción de censura. "¿Por qué esa incoherencia de que no vale para Murcia lo que vale en el resto de la geografía nacional?", se preguntó Noelia Arroyo, la portavoz en el Ejecutivo regional, sacando a colación el caso de Andalucía. "Todo sigue igual", contestaron desde la dirección nacional sobre el respaldo de Rajoy al líder murciano.
En todo caso, para tratar de rebajar la crisis, el PP a nivel nacional optó por guardar silencio: se evitaron las declaraciones públicas y ningún alto cargo participó en tertulias de radio y televisión. Rajoy tampoco tuvo agenda pública y ya no se le verá en principio hasta la próxima semana, toda vez en su agenda oficial solo tiene previsto que presida el Consejo de Ministros este viernes. Cabe recordar que, más allá de las medidas de regeneración, las negociaciones con Rivera afectan, por ejemplo, a los Presupuestos Generales del Estado, que en teoría serán presentados a final de mes.