La apertura parcial del sumario del caso 3% sitúa contra las cuerdas a Artur Mas, Germá Gordó y Andreu Viloca por el cobro de comisiones ilegales por adjudicación de obra pública. Según publica este sábado El Mundo, un contratista ha declarado ante el juez y la Fiscalía que participó en una reunión con Mas antes de que éste alcanzara la presidencia de la Generalidad en la que el presidente de CDC le instó a hablar con Germà Gordó, que entonces era el gerente del partido, para que le pusiera al corriente del procedimiento."Tienes que hacer lo que este te diga", sostiene el testigo que le dijo Mas mientras señalaba a Gordó, también presente en la reunión.
Sólo hubo un encuentro con el que poco después, en 2010 sería designado presidente de la Generalidad. Gordó fue nombrado consejero de Justicia, pero según este empresario, cuya identidad protegen juez y fiscales, Gordó mantuvo las funciones de "recaudador" del partido y llegó al punto de amenazarlo en un acto público: "Tú no me estás obedeciendo", le soltó. Llevaba un tiempo sin hacer donativos a la causa y al contratista, que según la citada información sería uno de los principales benefactores de Convergencia, le sonó a "chantaje".
De la documentación accesible a las partes se desprende además que Viloca, el gerente que suplió a Gordó, tuvo un papel determinante desde el punto de vista "técnico". Era el coordinador de un procedimiento basado en una secuencia temporal en la que la mordida se hacía efectiva a través de las fundaciones convergentes antes de la adjudicación de la obra o servicio.
Entre 2011 y 2012, los investigadores de la Guardia Civil han logrado conectar seis aportaciones a Convergencia con otros seis contratos públicos. En el sumario, el titular del juzgado de instrucción 1 de El Vendrell, Josep Bosch, afirma que el cobro de comisiones eran "parte esencial de la financiación de CDC". Para la investigación ha sido clave la recuperación del material de la trituradora de papel del despacho de Viloca, que los forenses policiales han encajado tira a tira.
Viloca llevaba un control exhaustivo de las mordidas y se aseguraba de coordinar a los "paganos" con los responsables de las administraciones controladas por CDC para que no hubiera errores en los procesos de adjudicación por lo que mantenía frecuentes contactos con empresarios y altos cargos de la Generalidad y de ayuntamientos convergentes.