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Puigdemont predica el odio a España en Bruselas ante un auditorio de acólitos catalanes

La Generalidad no logra ningún apoyo institucional o político en un acto "europeo" con claro predominio de público catalán.

Carles Puigdemont y Raül Romeva, en Bruselas este martes | EFE

España es la culpable de todos los problemas de Cataluña, un lastre para la economía, un Estado que persigue judicialmente a los demócratas, que no respeta la democracia, que atenta contra la separación de poderes y se niega a dialogar sobre el referéndum, que se hará esté a favor o en contra el Gobierno de España. Este fue el mensaje lanzado ayer en una sala alquilada en las instalaciones del Parlamento europeo por el presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, el vicepresidente Oriol Junqueras, y el consejero de Asuntos Exteriores, que fue presentado como "minister", Raül Romeva.

La Generalidad consiguió llenar el auditorio de la triple conferencia, con un aforo de 350 personas, pero a la misma hora, el nuevo presidente del Parlamento europeo, Antonio Tajani, recibía a los embajadores ante la UE en una recepción programada desde el pasado diciembre, hecho que pasó inadvertido en la "embajada" catalana en Bruselas. De este modo, la expectación no giraba precisamente en torno al acto organizado por los eurodiputados Ramon Tremosa (CDC), Jordi Solé y Josep Maria Terricabras (ERC). La amplia delegación desplazada a Bruselas tampoco logró ser recibida por ninguna autoridad.

Referéndum "vinculante"

Ante un auditorio sin embajadores, eurodiputados o funcionarios de relieve y con claro predominio de invitados venidos de Cataluña, Puigdemont reiteró que el referéndum se celebrará en septiembre de 2017, que la oferta al Gobierno para que sea pactado se mantendrá hasta el último segundo y que la validación y el carácter vinculante del mismo se lo concederá la participación ciudadana. En cuanto a las razones para consultar a los catalanes, Puigdemont citó la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán en 2010, acusó al TC de parcialidad y afirmó que la resolución tomada en su día fue el fin del intento del catalanismo de encajar Cataluña en España. "Supuso un antes y un después y a partir de entonces cada 'Onze de Setembre' más de millón y medio de personas han salido a la calle para pedir que Cataluña se convierta en un Estado independiente", afirmó. También se jactó de la amplia mayoría separatista en el Parlamento y de que el ochenta por ciento de los catalanes está a favor de decidir sobre el futuro de Cataluña.

El proceso, un "problema europeo"

El presidente de la Generalidad denunció la "judicialización de la política" y calificó de "grave e irresponsable la actitud del Gobierno así como un atentado contra la separación de poderes". Se refirió al juicio a Artur Mas que se celebrará en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a partir del 6 de febrero y trató de convertir el proceso en un expediente europeo: "La decisión no es la independencia, sino la democracia. Es un problema europeo y Europa no puede permitirse mirar hacia otro lado. Por coherencia y por pragmatismo".

"Clamor masivo"

Raül Romeva insistió en la tesis: "Hay un clamor masivo y constante, pacífico y festivo del pueblo de Cataluña a favor del referéndum. Eso existe, es real. No hemos venido a exigir o reclamar nada, sino a explicarnos sin intermediarios. Nuestra reivindicación es justa, democrática y concreta. Cataluña siempre será europea y Europa no puede dar la espalda este proceso porque se juega su futuro. Si no opta por la democracia, actuará contra ella y Europa será parte del problema y no de la solución".

España como lastre económico

Oriol Junqueras se ocupó de la parte "técnica" de la exposición conjunta. "La economía catalana crece por encima de la media europea", sostuvo. Alertó del riesgo que corre el sistema de pensiones, pasó por alto el Fondo de Liquidez Autonómica y aseguró que "el Estado español, su Gobierno y los partidos que lo sustentan se enfrentan a la ineficacia económica invirtiendo en trenes de alta velocidad sin pasajeros. De hecho el Estado español es el que ha protagonizado más quiebras en la historia de la humanidad".

También acusó al Gobierno de fomentar la injusticia social con su sistema de financiación y advirtió de que "el sistema democrático español tiene deficiencias". "Lo que nosotros queremos es votar para construir una Europa y una comunidad internacional mucho mejores", concluyó Junqueras.

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