Todo ha empezado con un tuit de Joan Tarda que era más que nada la expresión de un deseo: "Los presupuestos son tan imprescindibles para poder hacer el referéndum en septiembre que habrá acuerdo", decía el de ERC en un mensaje en el que citaba las cuentas de su propio partido, la CUP y el PDECat de Puigdemont y Mas.
Poco después le respondía Pau Llonch, un conocido artista y activista miembro de la CUP: "Mira Joan -le decía el cupaire- ya está bien de wishful thinking. Viendo que no hay ningún movimiento muchos cambiaremos al no. Ya está bien, hombre. Vergüenza".
No contento con esta respuesta el de la CUP insistía en otros tuits: "¿Los tuyos no tienen vergüenza? Se acabó el callarse" decía, denunciando que en Junt pels Sí "han asumido no negociar nada" y acusándoles de ser "derecha pura".
Las acusaciones se centraban después en ERC: "Mucho discursito de izquierdas pero sois un catch-all-party (un partido que se dirige a todos los sectores económicos y políticos) con neoliberales en economía pero progresista en Madrid" y "genuflexos ante el PDEcat".
La respuesta de Tardà también era contundente, al menos en las formas: "Déjate de hostias: sin Presupuestos, unos para casa y vosotros sin poder salir. El pueblo nunca nos lo perdonaría".