Puigdemont exige a Rajoy un trato bilateral y el referéndum en una carta plagada de patadas al español

El presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, ha comunicado por carta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que no asistirá a la Conferencia de Presidentes Autonómicos prevista para este martes en el Senado. En su misiva, Puigdemont afirma: "Estamos convencidos de que, como nación que somos y atendiendo a nuestra realidad política, nos hemos ganado tener una relación bilateral con el Gobierno español".

Después de afirmar que "tengo que informarle que excuso mi asistencia (sic)", el dirigente nacionalista sostiene en relación a las denominadas "Conferencias de Presidentes" que "en el pasado ya se han celebrado cinco, y, si nos remetimos (sic) a su balance, es fácil llegar a la conclusión que (sic) este tipo de reuniones son sólo una puesta en escena, pero sin ningún resultado productivo ni satisfactorio".

Tras las "erratas", el lanzamiento de comas a voleo y la supresión aleatoria de la preposición "de", el "president" continúa: "Una vez más, le reitero nuestra vocación y nuestra oferta de diálogo permanente, tanto para celebrar un referéndum sobre el futuro político de Cataluña, como para todo aquello que afecta al día a día de nuestro país, y que, por desgracia, hasta este momento, su Gobierno se ha negado a afrontar de manera verdadera, más allá de anuncios. Como ya sabe, a parte (sic) del referéndum, Cataluña tiene una larga lista de prioridades y urgencias".

Puigdemont se despide así de Rajoy: "Mi deseo es que próximamente podamos tratar todos estos asuntos personalmente, y en este sentido, le reitero mi disposición al diálogo".

Al margen de las patadas al idioma, a una por párrafo, Puigdemont se borra de la "cumbre" autonómica, pero emplaza a Rajoy a una relación similar a la que mantienen la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y su "homólogo" de la Generalidad Oriol Junqueras. En el tablero catalán, la interlocución con "Madrid" es un bien muy preciado y en el partido de Puigdemont y Mas, el PDeCAT, se considera que ERC no está siendo un socio leal y que Junqueras pone por encima del buen curso de "proceso" sus intereses personales. De ahí que Puigdemont pretenda recuperar la iniciativa y demostrar que es él quien maneja las claves y sostiene las riendas del gobierno autonómico.