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Cifuentes enmienda los estatutos de Rajoy: sólo los militantes deben votar al presidente

Buscará apoyos en el resto de estructuras regionales del PP para limitar el poder de los compromisarios. Génova avisa: "Defenderemos nuestro sistema".

Cristina Cifuentes no se resigna y dará la batalla para que los militantes tengan la última palabra en la elección de sus líderes. El PP de Madrid presentará en el congreso nacional, que se celebrará en febrero en Madrid, una enmienda para la implantación sin matices de la fórmula "un militante, un voto" que, de salir adelante, relegará el papel de los compromisarios al debate ideológico y la elaboración de las ponencias. La respuesta de Génova no tardó en llegar: "Defenderemos nuestro sistema", avisaron al más alto nivel.

El objetivo de la presidenta madrileña es que se establezca "la elección directa por los afiliados del presidente del partido, tanto a nivel nacional como regional y provincial, mediante el sistema de un militante, un voto en todas las fases de este proceso", según se puede leer en el texto que todavía se está perfilando. Un plan que choca con la ponencia de estatutos redactada por la dirección nacional, con el aval de Mariano Rajoy, y que sigue dando la última palabra a los compromisarios pese a que se incluyeron modificaciones destacadas.

La decisión de Cifuentes de plantar cara a Génova es ya de por sí histórica. El jueves, el Comité Ejecutivo de la gestora aprobará la enmienda y, a renglón seguido, se buscará el apoyo del resto de estructuras regionales -Isabel Bonig, la presidenta del PP de Valencia, siempre se alió con ella en este sentido- para lograr ganar la votación en el cónclave nacional. Y la clave estará en comprobar la respuesta de Andalucía o Galicia, reacias en un primer momento a abrir este melón. "Con un papel delante las cosa cambia bastante", incidieron desde el equipo de la presidenta madrileña, dando a entender que todos tendrán que retratarse.

En síntesis, aunque el PP de Madrid habla de "integración" y se acoge al nuevo sistema planteado por Génova –esto es, la doble vuelta-, el texto incluye una diferencia sustancial con respecto al plan de Maíllo ya que , en el proceso final, "serán nuevamente todos los militantes los que con su voto decidan quién será presidente". Por el contrario, la idea de la cúpula nacional es que las bases solo voten en la primera vuelta, cuando elegirían tanto a los candidatos como a los compromisarios.

Aguirre queda al margen

Así, si el plan de Cifuentes prospera, los compromisarios -bajo el control del aparato- perderían gran parte de su influencia, pues sus funciones se basarían en la presentación de enmiendas a los estatutos y al resto de ponencias, así como la votación y aprobación de las mismas. Unos cambios muy parecidos a los planteados por Íñigo Henríquez de Luna, el número dos de Esperanza Aguirre, y que en paralelo prepara otra enmienda en calidad de compromisario. "Son distintas. Una es del partido y otra particular", explicaron las fuentes consultadas. Cifuentes no contó con él para la redacción de su documento.

Por último, cabe destacar también que los estatutarios no serán los únicos ajustes que reclamará el PP de Madrid en el congreso nacional. De hecho, Cifuentes ha creado grupos de trabajo sobre cada una de las ponencias y su equipo augura próximos anuncios para lograr avances en página social o en la lucha contra la corrupción. "Son propuestas integradoras", quisieron rebajar el pulso, aunque la decisión marque un punto de inflexión y generó de inmediato una enorme expectación mediática. Y todo en un día en el que Génova inició el curso político vendiendo unidad en torno a Rajoy mientras "otros partidos discuten entre ellos y sobre sus sistemas de elección", en palabras de Pablo Casado.

Éste es el modelo del PP de Madrid para la elección directa de presidente del partido:

Fase previa:

Una vez convocado el congreso del partido, quienes quieran presentar su candidatura a presidente podrán hacerlo siempre que estén al corriente de pago de la cuota de afiliación y cuente con el apoyo de, al menos, 100 militantes. Tendrán un plazo de entre 7 y 15 días tras la convocatoria.

Para poder participar en todo el proceso electoral del partido, a partir de la convocatoria del congreso se abrirá un plazo de 15 días para que cualquier militante pueda inscribirse para votar.

En el caso de que se presenten dos o más precandidaturas, la comisión organizadora convocará una campaña electoral interna por un plazo máximo de 21 días.

Para el congreso nacional, el PP se divide en 60 circunscripciones: una por cada provincia y una por cada isla. En los congresos autonómicos de las comunidades autónomas pluriprovinciales, las circunscripciones serán las provincias naturales. En las comunidades uniprovinciales, y en los congresos provinciales e insulares, la circunscripción es única.

Primera vuelta.

Los militantes inscritos votarán el mismo día en dos urnas: En la primera urna, elección de presidente del partido por el sistema un militante, un voto, entre los precandidatos que hayan presentado, al menos, 100 avales. En la segunda urna, elección de compromisarios al congreso. Los compromisarios se elegirán mediante listas abiertas y también por el sistema de un militante, un voto. Durante el congreso, los compromisarios serán los delegados del resto de afiliados para la presentación de enmiendas a los estatutos y al resto de ponencias, así como para la aprobación, en su caso, de las mismas.

Los precandidatos que obtengan, al menos, el 10% de los votos emitidos por los militantes en esta primera vuelta serán proclamados candidatos a la presidencia del partido, para participar en el congreso como foro de debate.

Habrá candidato único a la presidencia del partido si alguno de los precandidatos: obtiene más del 50% de los votos, ese porcentaje lo logra en más del 50% de las circunscripciones y, además, lo hace con una diferencia superior a 15 puntos sobre el resto de candidatos en el total de votos emitidos.

Segunda vuelta.

Los candidatos que pasen a la segunda vuelta defenderán sus programas durante el primer día en el pleno del congreso, convertido en órgano público de debate.

Finalizado el debate, y ya en la primera jornada, los militantes votarían de manera directa a cada uno de los candidatos finalistas.

Resultará ganador en la segunda y última votación el candidato que supere al resto en número de votos.

Una vez celebrada esta votación, el congreso proclamará al candidato ganador, que volvería a exponer su programa y presentaría a su equipo.

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