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El Rey vuelve a La Zarzuela y no repite en el Palacio Real

Cambio de escenario. Tras el Salón del Trono en 2015, este año Felipe VI regresa a su despacho en el Palacio de la Zarzuela.

No ha habido demasiadas novedades en cuanto al contenido, pero sí en el continente. Nada más aparecer el Rey en las pantallas de los millones de españoles que, como cada año, esperaban su discurso de Navidad, se hizo palpable un cambio muy significativo respecto al escenario. En 2015, Felipe VI escogió el Salón del Trono del Palacio Real para su tradicional mensaje. Este año, el monarca ha vuelto a su pequeño despacho en el Palacio de la Zarzuela, un decorado más habitual, pero menos grandioso, que el de hace 12 meses.

En aquel momento, los partidos nacionalistas y de izquierda criticaron la decisión por su simbolismo. El Rey apelaba a la Nación, a la unidad y al orgullo de ser españoles. La decisión no gustó a todos. Sobre todo, a los que dicen no estar orgullosos de pertenecer a esa Nación que Felipe VI defendió desde uno de los lugares más simbólicos para la monarquía hispana.

De esta forma, esta edición de 2016 ha sido la primera vez en la que el Rey ha grabado el Mensaje de Navidad desde su despacho, que era el lugar habitual escogido por su padre, el Rey Juan Carlos. En su estreno en 2014, el mensaje se grabó en una sala del Palacio de la Zarzuela.

En esta ocasión, el Rey apareció vestido con traje gris marengo, camisa blanca y corbata en tonos rosa. Estaba sentado delante de la mesa de su despacho, en el Palacio de la Zarzuela, con esta misma mesa, una librería y las banderas de España y la UE como fondo.

Como siempre, las fotos y los símbolos que aparecen junto al monarca estarán entre lo más comentado del discurso. En este caso, lo que se ve sobre la mesa son dos fotografías familiares, una de las hijas del Rey y otra de éste con las dos infantas. Detrás, en la estantería, otras cuatro imágenes:

Junto a estas fotos, otros dos objetos que han sido comentados. En primer lugar, el Belén situado a la izquierda del Rey, una pequeña escultura de la Santa Familia, con la Virgen, San José y el Niño Jesús. El año pasado, en el Palacio Real, se omitió la simbología navideña habitual en estos casos. En segundo lugar, destacaba el retrato de Carlos III que preside el despacho del Rey y que ha servido de fondo a todo el mensaje.

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