Mariano Rajoy no ve factible una reforma de la Constitución, y así se lo ha hecho saber a sus principales interlocutores políticos. En concreto, despacha bastante con Javier Fernández, con quien le resulta fácil hablar y llegar a acuerdos. Y, según Moncloa, ambos comparten sus dudas sobre abrir el melón constitucional si no se tienen claros los objetivos, a pesar de que el PSOE defiende públicamente una reforma. En Nueva York, el presidente no descartó incluso que los socialistas pudieran apoyar los Presupuestos Generales del Estado.
Para Rajoy, cambiar la Constitución no es una prioridad. "España tiene 500 problemas más importantes", según su entorno más próximo. En caso de que salga adelante una subcomisión en el Congreso, el PP acudirá, pero no promoverá ni apoyará una reforma que no vea clara. "Sería un espectáculo inenarrable" ya que "nadie dice lo que quiere hacer", según el Ejecutivo, informa RNE. "Cuando no sepas a donde ir, quédate donde estás". Este miércoles, en la sesión de control al Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría fue tajante ante Alber Rivera: "El Gobierno no ha impulsado nunca ninguna reforma de la Constitución".
Más preocupado está el jefe del Gobierno ante el pulso separatista, que no cree que se vaya a solucionar con una posible reforma. Para empezar, las fuentes consultadas volvieron a dejar claro el más absoluto respaldo a la labor de Sáenz de Santamaría. Los canales de "diálogo" se mantendrán abiertos y, de hecho, Moncloa desveló una reciente conversación entre el presidente y Carles Puigdemont, hace aproximadamente una semana. "Se habla mucho más de lo que se cuenta", deslizaron. Si bien, no cerraron un encuentro y Rajoy no le pidió personalmente al líder catalán que acuda a la Conferencia de Presidentes, que se celebrará en el Senado el 17 de enero.
Abierta la negociación, el Gobierno quiso enfatizar que, mientras Rajoy sea el presidente del Gobierno, la soberanía nacional no se va a liquidar. "Las leyes se cumplirán", insistieron oficialmente desde el Ejecutivo.
Rajoy recibió la llamada de José María Aznar en Nueva York, donde participaba en el Consejo de Seguridad de la ONU. Y, como ya publicó este diario, recibió con "tranquilidad" el anuncio de su antecesor de que deja la presidencia de honor del partido. "No hay día bueno para anunciar algo así", pero Rajoy "entendió" sus explicaciones, según su entorno. La conversación fue "cordial"