"Están sobreactuando y alejándose de la moderación". Fue la advertencia de Mariano Rajoy al PSOE en la sesión de control al Gobierno, después de que Antonio Hernando endureciera el tono sacando a colación la denominada "ley mordaza". "Ustedes sabrán" pero "derogar todas las normas de la pasada legislatura no es la mejor manera de construir", insistió el presidente, consciente de su minoría parlamentaria.
En concreto, el portavoz del PSOE aireó la proposición no de ley que el grupo socialista ha presentado para derogar la Ley de Seguridad Ciudadana. "Hemos presentado esta proposición. El plazo está muy claro, tienen hasta que se presente esta ley. Por lo tanto, no pierda el tiempo. Si no quita la mordaza la quitamos nosotros", espetó Hernando a Rajoy, tras denunciar una normativa que esconde, a su juicio, la "ideología represiva" del grupo popular.
"Multas por llevar una camiseta, 800 euros por hacer una pregunta a la policía, sanción a una periodista por hacer una pregunta a las puertas de la Audiencia Nacional saltándose un cordón policial...", fueron algunos de los ejemplos que puso encima de la mesa el socialista, y que indignaron al presidente del Gobierno. "Si usted pretende decir que los españoles no tienen libertad de expresión y manifestación es una broma", replicó Rajoy. Se reafirmó: "Decir que en España hay hoy un problema de ausencia de libertades, no se lo cree nadie".
En todo caso, el momento de mayor fricción política llegó con el primer rifirrafe parlamentario entre Pablo Iglesias y Soraya Sáenz de Santamaría. En concreto, el líder de podemos preguntaba a la vicepresidenta si "a su Gobierno le parece bien" que los cambios en la Constitución "se sometan a referéndum del pueblo español". "La reforma, si se hace, ha de ser de todos sin excluir a nadie", contestó la número dos del Ejecutivo, revolviéndose contra los intentos de imposición "de una minoría", en relación a la posibilidad de Podemos de forzar un referéndum.
En la réplica llegaron los momentos de mayor intensidad. "Escuchándola da la impresión que a usted la democracia le parece un jaleo. No tenga usted miedo con la democracia. Yo no le he hablando de abrir un proceso constituyente", le dijo Iglesias. Y avisaba: "Yo ya sé que tenemos la fuerza parlamentaria suficiente para asegurar ese referéndum y le aseguro que, si quieren cambiar la Constitución sin preguntar a los españoles, vamos a garantizar que se les pregunta".
Para Iglesias, urge una modificación. "Esta Cámara no representa el poder constituyente", llegó a declarar. Y, tras criticar la reforma del artículo 135, afirmó que la Carta Magna necesita cambios como "prohibir las puertas giratorias" o "que se reconozca la plurinacionalidad". "Esos cambios no derivan de nuestro programa, son un clamor social en este país", afirmó. "No utilicen la Constitución para atrincherarse, no la conviertan en una barricada de los inmovilistas. Ayuden a ensanchar la Constitución para que quepa más gente esos cambios son necesarios para proteger a los ciudadanos de ustedes", remató, recibiendo el aplauso de los suyos.
La vicepresidenta no se achantó: "Las lecciones de democracia se las da, si usted quiere, a los 300 de Vistalegre", le espetó. Y, a renglón seguido, recordó su ausencia en la reciente reunión de la comisión constitucional, en la que se abordó la espinosa cuestión, provocando las risas de los diputados populares. "Yo creo que el debate de la Constitución de todos los españoles le interesa al portavoz de un partido nacional y no sólo a su marea catalana", destacó, toda vez apareció en la comisión Xavier Domenech. "Le veo más en sembrar discordia", se quejó Santamaría.