Mariano Rajoy no quiere situarse en otro escenario que no conlleve la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Para ello, está manteniendo contactos discretos que evita desvelar, aunque dejando claro que su único interlocutor en el PSOE es Javier Fernández, responsable de la gestora. Le ayuda en la negociación Soraya Sáenz de Santamaría, convertida en actor clave en la sombra para dialogar con nacionalistas vascos y catalanes y que el jueves pasado se vio en secreto con Íñigo Errejón, de Podemos.
"Lo cierto es que ahora no hay, al menos en principio, nunca se sabe pero no hay, elecciones en el horizonte", soltó el presidente ante los integrantes del máximo órgano de congresos del PP. Antes, en el transcurso de su habitual análisis de situación, lanzó dos advertencias claras a sus interlocutores en otras formaciones políticas. "Tan malo es no tener un gobierno como tener uno al que no se le deje gobernar", fue la primera de ellas.
Rajoy no utilizó como amenaza directa la posibilidad de otras elecciones, pero dejó entrever que sin cuentas públicas la legislatura estará abocada al fracaso. "Nadie puede impedir el ejercicio razonable de la acción de gobierno", quiso insistir. Pero, además, como segundo aviso aclaró que no habrá ningún giro importante en su política económica. "Tiene que ser sustancialmente la anterior" ya que "ha funcionado" en lo importante, dijo a las claras.
Así, en plena negociación discreta de los Presupuestos, Rajoy afirmó que los compromisos adquiridos con Bruselas son inamovibles y que no le pueden reclamar la "liquidación" de sus reformas "por puros prejuicios" ideológicos, en un mensaje velado al PSOE. "Las previsiones son buenas y razonables. Si actuamos con un mínimo de sentido común, las cosas pueden ir bien", sacó pecho, no sin prometer 20 millones de ocupados en el año 2020. "Hay mucha tarea por delante y espero que todos seamos capaces de dar la talla", se reafirmó.
A partir de ahí, no dudó en ofrecer "mucho diálogo, pacto y acuerdo". Así lo planteó ante la plana mayor del PP y, poco después, en una conferencia conjunta en Moncloa con Antonio Costa, su homólogo portugués. "He tenido algunas conversaciones con responsables de distintas fuerzas políticas" pero "permítame que no entre en detalles", aseveró. Lo primero, según su relato, es aprobar el techo de gasto. "Hablaremos con todo el mundo", también con la vista puesta en comunidades y ayuntamientos.
"No voy a entrar en planes B. Tengo un plan A que es aprobar los Presupuestos", contestó ante la posibilidad de que se abran de nuevo las urnas en caso de bloqueo. Según El Mundo, así se habría informado en Bruselas en fechas recientes. Desde hace semanas, barones y altos cargos del PP transmiten en privado que, sin cuentas públicas, Rajoy no tendría más opción que disolver las Cortes. "Voy a tener una actitud positiva e intentar llegar a entendimientos", repitió una vez más el presidente ante Costa.
Por su parte, en clave interna, Rajoy puso fecha al congreso nacional del partido –se celebrará del 10 al 12 de febrero en Madrid– aunque rehusó aclarar si María Dolores de Cospedal seguirá siendo la secretaria general. Todavía "queda mucho tiempo", esquivó la pregunta. Pese a que el sistema de compromisarios se mantiene vigente, nadie hizo uso del turno de réplica en la Junta Directiva Nacional. Luisa Fernanda Rudi será la encargada de dirigir el comité organizador –con Fernando Martínez Maillo vigilante– y Cristina Cifuentes será la presidenta del cónclave. Antes de verano deberían estar renovadas todas las estructuras regionales y locales de la formación.