La batalla soterrada entre Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal llega al Consejo de Ministros. La primera seguirá siendo la única vicepresidenta del Gobierno, mano derecha de Mariano Rajoy en el Gobierno, y suma una responsabilidad importante. Controlará el ministerio de la presidencia, como hasta ahora, y "para las relaciones territoriales", dedicado básicamente a buscar el entendimiento con la Generalidad de Cataluña. Y todo ello manteniendo el control del Centro Nacional de Inteligencia, por lo que su poder político seguirá siendo enorme.
Una victoria solo matizada por el hecho de que pierde la portavocía del Gobierno, todo símbolo para cualquier Ejecutivo. Esto es, no comparecerá ante los periodistas los viernes al término del Consejo de Ministros. Para ese cometido, Rajoy elige a Íñigo Méndez de Vigo, de "buen talante" y amable con los periodistas. Cabe recordar que la dirección nacional criticó en más de una ocasión que "Soraya solo se protegía a ella" al término de la reunión del Gobierno.
Frente a Santamaría, ya dentro del Gobierno, estará Cospedal. Se encargará del ministerio de Defensa, aunque sin el CNI, como se sugirió en los últimos días. Y un dato no menor: en Interior estará Juan Ignacio Zoido, muy próximo a la número dos del PP y que ya batalló junto a ella en contiendas como la del control del PP de Andalucía.
Además, con el plácet de Rajoy, Cospedal sigue siendo número dos del partido y así seguirá siendo hasta el congreso de la formación, previsto para el primer trimestre de 2017. Esto es, desde su cargo, planteará los pulsos que sean oportunos para no perder influencia. De hecho, desde su equipo deslizaron que podría repetir cuatro años más "si Rajoy sigue siendo presidente del partido". En síntesis, tendrá poder tanto en el Ejecutivo como en Génova.
El caso del CNI
Capítulo especial hay que dedicar al Centro Nacional de Inteligencia. Fue Rajoy quien decidió mover la responsabilidad sobre el CNI desde Defensa hasta Presidencia en su primera legislatura y ese mismo planteamiento continuará durante esta segunda legislatura, quedándose finalmente la nueva ministra de Defensa sin una de las joyas del poder político.
El CNI se encuentra ahora mismo en pleno proceso de modernización y ampliación para combatir la principal amenaza a la que se enfrenta España en la actualidad: el yihadismo. El pasado mes de julio se conoció la concesión de una partida económica extra de 60 millones para adquirir nuevo material con el que combatir el islamismo, además de la búsqueda de 500 nuevos agentes, principalmente, informáticos, matemáticos o ingenieros de telecomunicaciones.