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Todas las claves del crimen múltiple de Pioz, un "caso cerrado"

El asesino ha confesado tras entregarse que tenía "unas irrefutables ganas de asesinar". 

El asesino ha confesado tras entregarse que tenía "unas irrefutables ganas de asesinar". 
El autor del crimen, poco después de entregarse a las autoridades | EFE

El crimen múltiple de Pioz (Guadalajara) es "un caso cerrado". Así de contundentes de han mostrado este lunes los agentes de la Guardia Civil después de dar por resuelto uno de los asesinatos múltiples y secuenciales que más ha alarmado a la opinión pública en los últimos tiempos.

"Que la sociedad esté tranquila porque el único asesino está detenido", añadieron. Por tanto, a falta de la condena de los tribunales, Patrick Nogueira, un joven brasileño de 19 años, sería el único culpable de asesinar, descuartizar y guardar en bolsas de basura los restos mortales de los cuatro miembros de la familia de su tía Janaina Santos.

Los hechos ocurrieron el 17 de septiembre. Ese día, según la reconstrucción que ha podido hacer la Guardia Civil, Patrick Nogueira acudió al gimnasio al que solía ir como un día cualquiera. Fue después, cuando se trasladó a la estación y cogió un autobús que le llevará hasta Pioz, el pequeño pueblo de Guadalajara hasta el que se había trasladado a vivir su tía y su familia.

El joven brasileño usó para pagar el trayecto una tarjeta de transporte. Llevaba consigo una navaja, unas tijeras y una cinta de embalar que había comprado anteriormente. Durante el trayecto, según declaró posteriormente ante los agentes, "tenía unas irrefutables ganas de asesinar" y fue pensando sobre ello durante buena parte del trayecto.

Aunque era la primera vez que iba a Pioz, no tardó en localizar la casa, ya que según los investigadores su tía le había facilitado la dirección exacta a la que se habían mudado, dentro de la tranquila Urbanización La Arboleda de la pequeña localidad castellano-manchega.

Patrick Nogueira llamó a la puerta y Janaina Santos le abrió la puerta. Ambos pasaron a la cocina y comenzaron a charlar. Fue en ese momento cuando el detenido, según reconoció a los agentes, comienza a clavar la navaja en el cuerpo de Janaina hasta que acabó con su vida. Después, los dos pequeños corrieron la misma suerte que su madre.

En su declaración ante la Guardia Civil, Nogueira dice que no tiene recuerdos de cómo mató a los dos pequeños, que tiene lagunas en su memoria. Tampoco recordaría cómo descuartizó a sus tres primeras víctimas, las metió en bolsas de basura, cerró las mismas con la cinta que había comprado y las dejó en un lado de la casa.

La Guardia Civil cree que sí recuerda los hechos, pero que no quiera dar detalles sobre los mismos porque le queda algo de empatía hacia algunos miembros de su familia (padres y hermana, posiblemente), y "no quiere que se sepa la monstruosidad de lo que ha hecho".

Acabado de primer trabajo, y limpia en parte la escena de los tres crímenes, Patrick Nogueira salió a la puerta de la casa y espero la llegada, ya entrada la noche, de su tío político, Marcos Campos, de 30 años de edad. Entran juntos en la casa, le cede el paso, y le empieza a clavarle la navaja.

Los agentes dicen que Nogueira nunca dice en su declaración que advirtiera a su tío de lo que había hecho y que después le matase, por lo que publicado por algunos medios sería falso. Sí está claro que Marcos Campos intentó defenderse, pues tenía marcas de ello en algunas partes de su cuerpo.

Muerto, descuartizado e introducido en una bolsa el cuerpo del tío político, Nogueira deposita la misma con los restos al lado de las de los otros miembros de la familia. Entonces se ducha, se cambia de ropa y se echa a dormir un rato.

El teléfono móvil de Nogueira le sitúa en la casa desde las 16.00 horas del día 17 hasta las 7.00 horas del 18 de septiembre. Según declara, se despertó sobre las 6.00 horas, hizo una mochila con la ropa usada y los utensilios (entre ellos, la navaja) y regresa a Madrid.

Con él se lleva las llaves de la casa y el móvil de su tío Marcos, que usa para mandar un mensaje al casero diciéndole que iban a pagar unos días más tarde de lo normal el alquiler, con el objetivo, según los investigadores, de alejar por unos días adicionales al casero de la vivienda.

Los agentes creen que el mensaje al casero y el hecho de que se llevase las llaves de la vivienda indican que el asesino tenía intención de volver a la vivienda, posiblemente, para deshacerse de las bolsas con los resto de los cuatro asesinados. El hecho es que Patrick Nogueira nunca volvió a la vivienda.

De camino a su casa a la mañana siguiente, el asesino múltiple fue deshaciéndose de todo lo que llevaba en la mochila con el objetivo de intentar eliminar pruebas. De hecho, el móvil de su tío todavía no ha conseguido ser localizado. Como si nada hubiese ocurrido, Nogueira acude con normalidad al entrenamiento del equipo de fútbol en la que jugaba en la tarde del día 18.

Los agentes encargados de la investigación, que este lunes han comparecido ante los medios en la Dirección General de la Guardia Civil en Madrid, dicen que desconocen "el móvil" del asesinato, que tienen conocimiento de la " animadversión" que Nogueira sentía hacia su tío y que no está conformado que sobrino y tía tuvieran una relación sentimental en el pasado y que, de haberla tenido, no habría sido el móvil del asesinato múltiple.

"Existe algún fleco por cerrar", reconocen los agentes, como qué material utilizó Nogueira para descuartizar los cadáveres, pero es algo que se sabrá cuando el forense emita su informe definitivo.

Sobre el asesino, dicen que él mismo "reconoce los hechos" , ha manifestado que "fue un crimen secuencial" y creen que es capaz de diferenciar el bien y el mal, por lo que no sería un psicópata, aunque recuerdan que esto último tendrán que decidirlo los psiquiatras que lo evalúen.

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