La paciencia del PP con el proceso separatista y sus promotores es infinita. Este jueves, Enric Millo, ha vuelto a tender la mano al presidente de la Generalidad. El Tribunal Constitucional ha requerido a la fiscalía que asuma el expediente por desobediencia de la presidenta de la cámara regional, Carme Forcadell; el Supremo se dirige al Congreso para poder juzgar por el 9-N al diputado Francesc Homs; y el PP, junto a Ciudadanos, se niega a votar las propuestas de resolución de Junts pel Sí y la CUP alusivas a la ruptura con el resto de España.
Pero antes de eso, la de arena, el enésimo llamamiento a los separatistas para que hagan el favor de respetar las leyes, en cuyo caso, el PP, anunció, está dispuesto al "diálogo o diálogo", parafraseando la "solución" de Puigdemont al proceso secesionista del "referéndum o referéndum".
Los argumentos de Millo son que el nacionalismo lleva cuatro años negándose a dialogar y en un "camino (la reedición del 9-N) que no pueden transitar". "No se deje arrastrar por la CUP", apeló Millo al president. Antes de comenzar las votaciones, el diputado popular pidió la palabra para anunciar que su grupo no votaría las resoluciones alusivas a la ruptura pues derivaban de otras suspendidas por el Tribunal Constitucional.