Mariano Rajoy cree que ya ha hecho todo lo posible para evitar otras elecciones. Primero, ofreció una gran coalición; después, planteó varios pactos de Estado; y, finalmente, reclamó que le dejaran gobernar en minoría pese a la extrema dificultad que ello conllevaría. "Las cartas están echadas", afirmó, rechazando una nueva ronda de contactos tras el 25S para tratar de desbloquear la situación. Según el líder del PP, es el tiempo de esperar, pero su equipo dio por descontado que con Pedro Sanchez al frente del PSOE no habrá más salida que abrir de nuevo las urnas en diciembre.
En el PP reconocieron que están a la expectativa de saber qué ocurre finalmente en el Comité Federal del próximo día uno. Cuando saltó la noticia de que Sánchez planteará un Ejecutivo alternativo, el entorno de Rajoy se apresuró a asegurar que ya lo tenían previsto. "Gobernar con 85 escaños, los partidos independentistas y la extrema izquierda es una opción absolutamente disparatada pero la aritmética da", dijo el presidente en funciones antes incluso del anuncio. "Lo va a intentar" pero "la pregunta es si los barones del PSOE le van a dejar", se limitaron a añadir fuentes de la Moncloa. "Es muy complicado, prácticamente imposible", corearon en privado desde la dirección del PP.
Mientras, Rajoy pareció abonarse a la tesis de que las terceras elecciones están más cerca que nunca. Cabe recordar que, tras el 20D, él siempre se mostró convencido de que Sánchez acabaría fracasando. "Los números dan, pero no son razonables", apuntó en una reciente charla informal. "El PSOE le sigue impidiendo hoy que la posibilidad de pactar con Podemos y los nacionalistas sea una realidad", se reafirmaron desde su equipo.
Seguirá siendo el candidato del PP
En este contexto, en su tour por Galicia, Rajoy se dedicó a disipar cualquier duda sobre su futuro político en caso de una nueva contienda electoral. "No sería bueno que hubiera terceras elecciones pero, en el supuesto de que las hubiera, el PP daría la batalla y yo estaré con fuerzas, con ganas, con determinación y con ilusión para hacerlo", respondió tras un paseo matutino por Lugo. Solo unas horas antes, auguró que el PP sacará "muchos más votos" que el pasado 26J.
En este sentido, el líder popular también dio respuesta a la posibilidad de que Ferraz se mueva en sentido contrario al planteado por Sánchez y los socialistas se declaren dispuestos a negociar con el PP siempre que él se vaya. "Hay que hacer un esfuerzo para respetar lo que dice la gente, eso es la democracia", razonó, no sin recordar que el 26J fue el único candidato que mejoró sus resultados con respecto a diciembre. Y añadió: "Entrar en otras dinámicas es muy malo para nuestro sistema democrático y peor para los intereses de todos los españoles".
"Todos sabemos lo que pasa, no hay gobierno porque Sánchez no ha querido, toda España lo sabe", zanjó Rajoy, que se mostró encantado de estar en campaña, más aún en su tierra. Además de Lugo, visitó Arzúa, en La Coruña. "Me gusta mucho, estoy disfrutando mucho, veo a mucha gente. Estamos animados", declaró, después de que decenas de personas se le acercaran para darle ánimos. "Sé fuerte", le gritó un viandante, en uno de los pocos momentos de tensión.
Durante toda la jornada, a Rajoy se le vio despreocupado. "Está muy bien, muy fuerte", no pararon de repetir quienes formaron parte su comitiva, como el histórico Javier Arenas. "Va a continuar", corroboraron desde Génova, donde no ven margen para un cambio en la dirección. El presidente en funciones protagonizó sus últimos actos electorales en solitario antes de que el viernes cierre la campaña con Alberto Núñez Feijóo en Vigo. "Podemos sacar cuarenta escaños" en Galicia, se escuchó en su séquito.