El hijo de Jordi Pujol que debía heredar las riendas políticas del negocio familiar, Oriol Pujol Ferrusola, será sometido el próximo 16 de noviembre a un juicio oral por un presunto delito "leve" de amenazas. La presidenta del grupo municipal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Barcelona recibió un mensaje de texto de Oriol Pujol de inquietante contenido: "Sabía que eras una persona retorcida. Esto te dará mal vivir. Cuídate".
Oriol Pujol envió el "sms" el pasado 2 de julio, un día después de pedir Mejías en el pleno municipal una comisión de investigación para esclarecer las irregularidades cometidas en la empresa "Barcelona Regional" durante el mandato de Xavier Trias al frente del consistorio de la capital catalana.
Según los datos de una auditoría encargada por la alcaldesa Ada Colau, "Barcelona Regional" habría concedido adjudicaciones a empresas relacionadas los Pujol., como "Entorn S. A.", vinculada a Pere Pujol Ferrusola. El monto total de los contratos asciende, en principio, a 140.000 euros.
Sea como fuere, Colau, con el apoyo de sus nuevos socios, el grupo socialista encabezado por Jaume Collboni, se negó a admitir la petición de C's de una comisión de investigación y dio carpetazo al caso de "Barcelona Regional", empresa pública de ámbito metropolitano.
Convergencia convirtió "Barcelona regional", creada al calor de los Juegos del 92, en un coladero y colocadora de altos cargos nacionalistas. Antoni Vives, concejal convergente, fue el encargado por el entonces alcalde Trias para hacerse con las riendas de la empresa, participada por el Consorcio de la Zona Franca de Barcelona, el Puerto de Barcelona y la Fundación Abertis. A partir de ahí empezó a acumular pérdidas y proyectos de asesorías a las ciudades de Moscú y Río de Janeiro que se saldaban con pérdidas y efectos nulos sobre las fisonomías de las citadas urbes. Una auditoría reveló que durante el mandato de Trias, Barcelona Regional se pulió dos millones de euros en proyectos abonados al fracaso, lo que motivó una investigación de la Fiscalía que continúa abierta.
El juicio oral del próximo 16 de noviembre será una de las pocas oportunidades de ver sentado en un banquillo judicial a un miembro del clan Pujol, cuyos múltiples expedientes judiciales siguen bajo unas investigaciones enmarañadas por la defensa de la familia y por las múltiples conexiones con otros casos de corrupción.