La presidenta de la cámara catalana, Carme Forcadell, se ha ceñido a la instrucción del Tribunal Constitucional de presentar alegaciones sobre el pleno del pasado 27 de junio, en el que se aprobaron las resoluciones de la comisión de estudio del "proceso constituyente" con la ausencia de los grupos de Ciudadanos y el PP.
La mesa del parlamento regional debía decidir si se sometía a los criterios del TC, que instó el pasado 1 de agosto a los miembros del citado órgano a explicarse por escrito. Hasta el momento, sólo lo había hecho el miembro de Ciudadanos en la mesa, José María Espejo Saavedra, quien en su escrito afirmó que Carme Forcadell incumplió sus obligaciones y cometió un "fraude de ley".
Tras el paréntesis vacacional, la decisión de la mesa con Forcadell a la cabeza cuestiona de cuajo el compromiso de desobediencia explícita que exige la CUP para apoyar al gobierno de Junts pel Sí. Forcadell considera en una entrevista publicada hoy en el diario separatista Ara que "el derecho de defensa se debe ejercer siempre; no te puedes cerrar puertas".
La decisión de la mesa, en la que PP y la CUP están de oyentes sin voto, se adoptó por unanimidad, lo que ha generado un notable malestar en la formación antisistema. Está en juego la cuestión de confianza a la que se someterá el presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, el próximo 28 de septiembre. Aún se tiene que celebrar la reunión entre Puigdemont y los portavoces de la CUP para abordar esa sesión y, a mayor abundamiento, el president ha dejado claro que no sólo debatirá con los antisistema, sino con el PSC y los podemitas de cara a buscar los votos necesarios para salvar la legislatura. En caso de no obtener la confianza de la cámara, los electores de Cataluña volverían a ser llamados a las urnas a finales de noviembre.