Mariano Rajoy ridiculizó a Pablo Iglesias para delicia de los suyos. Una vez más, echó mano de la ironía, de su retranca gallega. Prácticamente sin papeles, a diferencia de lo vivido en su discurso de investidura. Ante la retahíla de ataques del líder de Podemos, el candidato del PP comenzó: "Es usted estupendo, a veces quiero ser como usted". Y sonaron las primeras carcajadas. "Acierta siempre, es el único decente, independiente, el único al que no es capaz de presionar el IBEX", continuó con sarcasmo. La "quintaesencia" de todas las virtudes.
Al presidente en funciones le bastaron los primeros minutos de su intervención para desmontar el discurso de su interlocutor. "¿Hay alguien que tenga algo bueno además de usted?", le preguntó a Iglesias. "¿Es usted el único demócrata de esta Cámara? ¿Considera usted que yo no soy demócrata? ¿Es el único honrado?", siguió con sus interrogantes.
Sin perder la ironía en ningún momento, entró en materia. Para empezar, advirtió al líder de Podemos de que "nadie tiene el patrimonio de la gente", aunque recordó que fue el suyo el partido más votado en las pasadas elecciones, y consideró desfasado el "viejo discurso" de ricos y pobres. "A mí no me ha presionado nunca ningún rico", precisó. "Tampoco tienen el patrimonio de los buenos sentimientos, ni de las buenas intenciones, ni de la sensibilidad social ni de la Justicia", añadió.
"Cuando se actúa con prejuicios ideológicos, se hace mucho daño a la gente, se impiden inversiones y que muchas personas que aún no tienen puestos de trabajo puedan tenerlo", razonó Rajoy, en relación a los gobiernos locales y autonómicos en los que están las marcas de Podemos. En este sentido, llegó a enumerar proyectos en Madrid que han sido paralizados, y se quejó de que no quieran "hoteles de cinco estrella". "Conviene cuidar a los inversores", proclamó. Tampoco se le olvidó sacar a coalición la situación en Grecia y defendió, frente a las tesis de Iglesias, la unidad nacional.
En todo caso, a Rajoy se le vio cómodo con Iglesias, con quien incluso se cruzó sonrisas ante tanto sarcasmo. "Se lleva mejor con él que con Pedro Sánchez", deslizaron desde su entorno. Tampoco le costó responder a Xavier Domènech, Alberto Garzón y Alexandra Fernández, que hablaron tras el líder de Podemos. "Me reconforta que me considere estupendo. Me puedo superar", le dijo en la dúplica a Iglesias. El líder del PP sacó pecho de su acuerdo con Ciudadanos, y entró en el debate sobre la UE para exigir al partido naranja que aclare si quiere que España siga en el euro. "Una de las cuales del gobernante es ser realista y saber dónde se mueve. Hablar es muy fácil", aseveró en otro momento de su intervención.
"No se apropie usted ni de los pueblos, ni de la gente, ni de la sensibilidad social, ni del concepto de Justicia", remató el presidente en funciones.