“Hemos dado un primer paso y la caminata más larga siempre empieza con un primer paso. Nadie dijo que esto iba a ser ni fácil ni rápido”. Mariano Rajoy salió de su despacho con Albert Rivera con la impresión de que hay un pequeño margen para la esperanza, aunque éste le avisara públicamente de que no prevé moverse de la abstención. A partir de ahora, sin intermediarios, iniciarán una negociación para consensuar las cuestiones económicas más urgentes -como las cuentas públicas- e irán de la mano en la defensa de la unidad nacional. Si bien, el presidente en funciones ya avisó de que nada de esto servirá si Pedro Sánchez no acaba rectificando.
La reunión con Rivera fue bastante mejor que con Sánchez, y a ello se acogió Rajoy para no darlo todo por perdido. “Hoy me voy de aquí sabiendo que puedo negociar algo. Ayer no había negociación”, expuso a los periodistas en una nueva rueda de prensa, tras un encuentro de casi hora y media en el Congreso. “Haré todo lo que esté en mis manos para que no haya elecciones. Voy a seguir intentándolo”, transmitió a la opinión pública, reiterando que afronta este periodo sin apenas líneas rojas y dispuesto a ceder al máximo para tratar de desbloquear la situación.
Despacho con el Rey sin cobertura
A partir de ahí, el presidente en funciones volvió a deslizar que podría no someterse a la votación de investidura en caso de no recabar los apoyos necesarios. Repitió que ante el monarca se comprometió a “intentar” formar gobierno, y que para ello todas las fuerzas políticas han de ser “responsables”. “Lo urgente es que haya un gobierno, no que haya un debate de investidura”, enfatizó, dejándolo todo en el aire.
En efecto, según las fuentes consultadas, Rajoy sopesa trasladar al Rey que rehúsa acudir a las Cortes si, en un tiempo prudencial, se da cuenta de que le es imposible llegar a acuerdos. “Esa es una posibilidad”, en palabras de un miembro de la cúpula nacional. Si bien, nada se dijo públicamente del despacho “ordinario” que el presidente en funciones mantuvo con don Felipe en Zarzuela, y en el que el monarca quedó al tanto de la última hora de las negociaciones. Se celebró a las 17:00h y, como es habitual, no tuvo cobertura.
“No doy nada por supuesto” y “lo que le diga al Rey se lo diré, como siempre, al Rey”, zanjó el propio Rajoy en su comparecencia. “Mi prioridad es que no haya elecciones. Sería una vergüenza”, contestó, para a renglón seguido echar la pelota al tejado de Sánchez. “Si el PSOE vota que no en la sesión de investidura, no habrá investidura. Es una obviedad, el resultado de una suma”, arguyó. Tal y como desveló este diario, el jefe del Ejecutivo estuvo buscando aliados entre empresarios e importantes dirigentes socialistas para presionar a Sánchez, aunque la reunión del martes fue un rotundo fracaso.
Buena sintonía con Rivera
Rajoy expuso que el PSOE es imprescindible para salvar la investidura, pero añadió que para lograr que el Ejecutivo pueda funcionar con cierta estabilidad es clave la implicación de Ciudadanos. “¿Qué voy a hacer yo? Intentarlo, es mi obligación y hoy hemos dado un paso”, aseveró, transmitiendo cierta satisfacción tras el contacto con Rivera. Con él, a diferencia de con Sánchez, hablaron de temas concretos, se intercambiaron papeles y se emplazaron a seguir negociando. “Las diferencias son superables”, proclamó el presidente en funciones, que se comprometió a un diálogo “leal, abierto y sin límites”.
La próxima semana volverán a verse cara a cara, según informó Rajoy a su cúpula poco después en una reunión en Génova13. “Soy un poco más optimista”, les dijo, aunque se reafirmó en que sin el PSOE no habrá solución. “Las leches a Sánchez de todo el mundo -pusieron el acento en el editorial del diario El País- son una buena noticia. Va sufrir mucha presión en los próximos días”, se comentó de puertas para adentro.
En cuanto a Ciudadanos, los integrantes de la cúpula popular salieron de la cita con Rajoy pensando que “más tarde o más temprano pasarán de la abstención al sí”. Y, adujeron, esto cambiaría por completo el contexto político. “Sigue siendo muy difícil, pero al menos no está tan oscuro”, adujeron al más alto nivel, apuntando a que no abandonarán los contactos discretos para ayudar a la negociación. “Hasta pronto”, se despidió Rajoy de los periodistas.