Lo más dañino civilmente del régimen andaluz que ejerce casi en solitario el PSOE desde 1982, con ayuda del Partido Andalucista e Izquierda Unida de manera puntual en algunas ocasiones, no es la corrupción, ni siquiera la falta de alternancia democrática, de por sí ambos fenómenos muy graves. Lo verdaderamente pernicioso para la vida de los andaluces es su ineficacia social.
Andalucía sigue siendo un tercer mundo relativo, como denunció Antonio Burgos hace décadas, respecto a las medias europeas del bienestar. El hecho de que, en 2014, el PIB andaluz estuviera un punto porcentual por debajo del que tenía en 1995 respecto a la media europea, indica la parálisis y la distancia existente a pesar de los presupuestos autonómicos ordinarios y las ayudas extraordinarias de la Unión Europea desde hace dos decenas de años.
A pesar de los eslóganes históricos de la propaganda instalada en sus medios públicos de comunicación, "Andalucía, la primera", "Andalucía imparable" y otros, la situación andaluza viene descrita por los números de Eurostat, como recuerda hoy mismo La Razón.
La Comisión Europea ha destinado a Andalucía desde 1986 una cantidad próxima a los 76.200 millones de euros - el equivalente a más de dos presupuestos completos anuales andaluces -, para producción agrícola, desarrollo rural, modernización pesquera, infraesfructruras y demás objetivos de sus fondos de desarrollo, pero la convergencia de Andalucía con la media del bienestar europeo no se ha alcanzado. Es más, se ha divergido.
Los datos de Eurostat son clarísimos. La evolución del PIB per cápita de las regiones (NUTS2) que integran la UE- 27 en el período 1995-2010 indica que el avance de Andalucía fue de siete puntos en estos quince años, habiendo pasado su PIB per cápita, del 68% de la media de la actual UE-27 en 1995 (UE-15), al 75% en 2010. Es decir, se produjo un avance de medio punto al año.
Desde la llegada del gobierno de Aznar y hasta la gran crisis de 2007, la población ocupada aumentó en Andalucía un 73%, casi cuatro veces el incremento en la UE-27 (19,2%), y 15,9 puntos por encima del aumento medio en España (57,1%). Pero la insuficiencia de la estructura productiva y las políticas derivadas de la Junta no han conseguido impedir el vaivén. Como dice el periódico de la editorial Planeta: "Con la crisis, el paro volvió a dispararse y con él y la disminución de fondos al dejar de ser una región objetivo 1, la convergencia está más lejos".
Desde 2007 a 2014, Andalucía se ha alejado de la convergencia con Europa. En 2014, el Producto Interior Bruto (PIB) andaluz per cápita está en el 67% de la media de la UE, es decir, un punto menos que en 1995. Dicho de otro modo, se está más lejos de la media europea que hace 20 años y eso que dicha media ha bajado con la ampliación de la UE con zonas con menor PIB que España y Andalucía. En 2013, el PIB andaluz estaba en el 68%, siendo el mismo dato que hace ahora 31 años.
De este modo, Andalucía, que dejó de ser región Objetivo uno por superar el 79 por ciento del PIB medio europeo, ahora ha perdido 12 puntos porcentuales en lo que a convergencia se refiere. Andalucía ha recibido 3.900 millones menos de la Comisión Europea y el retroceso medio del PIB per cápita andaluz ha sido de 2.100 euros.
Andalucía, tras 34 años de gobiernos socialistas, es la penúltima región de España en PIB respecto a Europa. Sólo Extremadura está por detrás de Andalucía en convergencia, con un 63%. Castilla-La Mancha está en un 72%; Murcia, en un 74%; y Melilla, en un 68%, más cerca de Europa que Andalucía.
Cuatro comunidades españolas superan el PIB medio de la UE: Madrid (125%), País Vasco (119%), Navarra (113%) y Cataluña (109%). La Rioja y Aragón se equiparan con la UE. Baleares está en un 96%; Castilla y León, en un 86%; Cantabria, en un 82%; Galicia, Asturias y Valencia, en un 80%; Canarias, en el 78%; y Ceuta, en el 76%.
Compárese el PIB andaluz con el de zonas como Oeste de Londres (539% de la media europea del PIB); Luxemburgo (266%); Bruselas (207%); Hamburgo (206%); y el Este de Londres (204%).
Afortunadamente, el dato andaluz es mejor que el de Severozapaden (Bulgaria), con un 30%; Mayotte, territorio ultramar de Francia, con un 31%; Yuzhen, con un 32% o Severen centro, con un 34%, ambas en Bulgaria.
La pregunta es si lo razonable es la rebelión contra la Comisión que preside Jean-Claude Juncker por la situación andaluza, inspirada por la actual presidenta de la Junta, Susana Díaz, o si sería más razonable una rebelión contra las políticas instauradas por el PSOE en 1982, que no parecen haber sido empíricamente eficaces.