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El PP de Sevilla, a punto de estallar

El partido regional se encuentra dividido entre los seguidores de Javier Arenas y los de María Dolores de Cospedal.

El partido regional se encuentra dividido entre los seguidores de Javier Arenas y los de María Dolores de Cospedal.
Javier Arenas en Castellón | EFE

Mañana habrá un Comité Ejecutivo Provincial donde Juan Bueno va a destituir –o al menos lo va a intentar- a Virginia Pérez, nombrada por encargo de Juanma Moreno. Para entonces se sabrá si habrá hecatombe o todo se resolverá por la vía del enjuague interno. Lo que parece seguro es que una de las dos cabezas deberán ser cortadas, bien la de secretaria general del PP de Sevilla, Virginia Pérez, bien la del propio presidente provincial Juan Bueno.

¿Por qué existe esta crisis en una provincia donde el PP ha igualado en diputados al PSOE en unas elecciones generales que no hacía desde los tiempos de UCD? Dos interpretaciones distintas, aunque complementarias, se disputan la explicación de este maremoto que tiene lugar cuando Mariano Rajoy tiene que tratar de formar gobierno.

Una impulsada por Javier Arenas desde la sombra, desde la oposición, al equipo que le traicionó con María Dolores de Cospedal -recúerdese: Juan Ignacio Zoido, José Luis Sanz, Ricardo Tarno, Eloy Carmona y otros-. En esta explicación, Virginia Pérez, mujer de formas desabridas y emparentada familiarmente con Ricardo Tarno, querría "reformar" el PP de Sevilla que está en las manos de los discípulos díscolos de Arenas desde hace décadas. En el intento, le acompañan los mandos intermedios Beltrán Pérez, el periodista Toni Martín y otros.

La segunda, aunque no contradictoriamente, en la que Juanma Moreno y sus mentores madrileños -como Soraya Sáenz de Santamaría y, sobre todo, Jorge Moragas- animan esta batalla para debilitar a ambos sectores del PP sevillano con vistas al congreso nacional y los sucesivos congresos regionales y provinciales. La forma elegida para avivar el incendio habría sido eliminar de la escena política sevillana a Javier Arenas -que se tuvo que exiliar a Almería, aliándose de hecho con el grupo de Zoido y Sanz- que le han dado un diputado más en las últimas elecciones en Sevilla. De paso, se trataría de distanciar al grupo dirigente del PP sevillano su relación con Cospedal.

Una historia interminable que sigue y sigue

Hasta 2012, el control casi absoluto del PP andaluz -menor en Málaga- estaba depositado en Javier Arenas. Pero inexplicablemente, tras haberle ganado las elecciones al PSOE en marzo de ese año, fue obligado a dimitir o decidió hacerlo -algo que nunca se ha aclarado- dando una "espantá" a Madrid, que anuló la oposición al PSOE andaluz durante años. De hecho, salvo estas últimas elecciones generales, el PP andaluz ha cosechado derrota tras derrota. En las elecciones del 26J, aunque ha vencido en número de escaños, está lejísimos del porcentaje de votos necesario para volver a ganar al PSOE en unas elecciones andaluzas.

Aquella espantá trajo como consecuencia la llegada de un "paracaidista" -incluso candidato por Cantabria- que, aunque nacido en Málaga, no tenía relación intensa con Andalucía aunque sí relación con el sector anticospedaliano del PP nacional. El espectáculo fue de nota. José Luis Sanz, el candidato de Cospedal para suceder a Arenas, fue desautorizado y el entonces presidente -Juan Ignacio Zoido- ridiculizado. La propia Cospedal fue banderilleada con publicidad nacional gratuita.

Consecuentemente, la enemistad política entre Javier Arenas, Zoido y Sanz creció y se afianzó. Una íntima colaboradora de Arenas llegó a confesar que estos dos últimos la habían presionado para abjurar de su "arenismo" y proclamar su lealtad a los aliados de Cospedal.

Lo curioso es que la historia se está haciendo interminable y que, de nuevo, la oposición entre Arenas y Zoido, Sanz y otros estalla ahora bajo la forma de conflicto provincial.

La Operación Manijero

Nombre bien puesto porque "manijero" en Andalucía es quien manda en una cuadrilla. En este caso, además, la operación de acoso y derribo de Juan Bueno, Juan Ignacio Zoido y José Luis Sanz -entre otros- para apartarlos definitivamente del PP de Sevilla comenzó en una reunión celebrada en abril en la caseta de feria llamada precisamente El Manijero. En aquel cónclave conspirativo se trató de organizar la oposición interna al equipo de Juan Bueno, quien preside el PP provincial, para echarlo y "reformar" el PP de Sevilla. Después, cuenta el grupo Joly, hubo otra sesión conspiratoria el día de San Fernando -el pasado 30 de mayo-. A estas reuniones asistieron los incondicionales de Javier Arenas.

Conocida la sublevación, poco frecuente en un PP vertebrado de arriba abajo desde Génova hasta el último rincón, el equipo de Juan Bueno se aprestó a la defensa. Estaba siendo traicionado por quien él mismo había nombrado a instancias de Juanma Moreno para no quedar como Cagancho en Sevilla, con Javier Arenas en la oscuridad. Por ello, en la campaña electoral, Zoido, Bueno y los propios se alinearon con claridad al lado de Juanma Moreno.

La cosa fue subiendo de tono y llegó a mayores cuando Bueno y sus amigos convocaron una reunión de militantes de Sevilla para hablar- oficialmente- de las elecciones que en realidad trató la estrategia contra la "camarlenga", como es conocida Virginia Pérez en el PP sevillano. La sorpresa fue que la afectada, sin estar invitada, se presentó en la reunión y tomó la palabra desafiando abiertamente al presidente provincial, Juan Bueno. Desde ese momento, no había otra salida que la defenestración de la "camarlenga" o la dimisión de Bueno con Arenas, Cospedal y Juanma Moreno al fondo.

Mañana miércoles se sabrá si el PP de Sevilla estalla definitivamente o no, con consecuencias nacionales de devenir incógnito en el próximo congreso nacional, donde el PP andaluz aporta un bueno número de compromisarios, y el PP de Sevilla tiene un peso esencial.

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