Mariano Rajoy no se movió un milímetro tras confirmarse el "no" de Pedro Sánchez a su investidura. En Varsovia, al término de la cumbre de la OTAN, el presidente en funciones evitó el cuerpo a cuerpo con su homólogo socialista, y reiteró que su objetivo es lograr "un Gobierno estable" antes del mes de agosto. "Los españoles han votado lo que consideran mejor para su país" y repetir elecciones "sería una insensatez que no olvidaríamos nunca", afirmó, para a renglón seguido exponer los puntos de su hoja de ruta ya conocidos.
La próxima semana, Rajoy pretende cerrar su primera ronda de contactos con los líderes del resto de partidos políticos, incluido el socialista. "Cuando tenga cerrada la conversación con el señor Sánchez, se lo transmitiré a todos ustedes", dijo ante los periodistas. Cabe recordar que, el martes, ha citado en la Cámara Baja a Albert Rivera por la mañana y a Pablo Iglesias por la tarde. Y que Moncloa en absoluto ha desmentido un encuentro discreto con Convergencia, que es la única formación que falta de la lista.
La clave, a ojos de Rajoy, sigue pasando por el PSOE. Y, de momento, mantiene intactas sus esperanzas de que el Sánchez de este sábado cambie de opinión una vez se acerque la fecha límite. "Si tiene voluntad de diálogo, no habrá apenas líneas rojas", reiteró su equipo. Y, cuando le preguntaron por el Comité Federal en Varsovia, el líder del PP evitó el choque frontal, y repitió una y otra vez que hará "el mayor esfuerzo" del que sea capaz para intentar lograr un pacto. Después, en una charla informal ya sin cámaras, añadió: "Vamos a ver si tenemos buena mano".
En su comparecencia, además, el presidente en funciones partió de la base de que nadie quiere otros comicios, y recuperó su intervención del jueves, cuando presentó su credencial en el Congreso como parlamentario electo por Madrid. Lo primero, volvió a asegurar que las negociaciones no deberían de demorarse más allá de julio. De hecho, informó de que, una vez constituidas las Cortes, seguirá manteniendo contactos, en principio ya con el mandato del Rey de que se someta a la investidura.
"Me gustaría que el Gobierno se formara rápidamente. No tiene ningún sentido que estemos todo el verano, julio, agosto, septiembre y no se sabe hasta cuándo discutiendo de lo divino y de lo humano. Las cosas se tienen que hacer rápidamente", arguyó, para a renglón seguido sacar a colación la senda de déficit público y la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, prevista para septiembre. Si sus planes no se cumplen, todo habría que retrasarse, con "graves" perjuicios económicos para España. " No hay ninguna razón de que estemos unos meses haciendo nada", subrayó.
Tras la petición de celeridad, reiteró que el Ejecutivo tiene que contar con cierta estabilidad. Esto es, no se conforma con superar únicamente el debate de investidura. "Una cosa es eso y otra que el Gobierno pueda gobernar", y de ahí que exigiera "buena voluntad por parte de todos para llegar a acuerdos en los asuntos de Estado". Según las fuentes consultadas, Rajoy da por descontado que Ciudadanos se plegará a ese plan, por lo que en su punto de mira está especialmente el PSOE. "Todo debe ser objetivo de un entendimiento mayoritario", reiteró.
Así las cosas, el entorno de Rajoy aspira a una abstención del PSOE el 29 de julio, tras votar "no" en la primera votación de investidura, que esperan que sea el día 27. En caso contrario, el PP lo ve todo nuevamente muy negro, y las terceras elecciones -deslizan- podrían convertirse en la única salida.