La presencia del empresario Jaume Roures en el parlamento catalán este jueves no ha pasado desapercibida. Comparecía Daniel de Alfonso, a quien le quedan cuatro días al frente de la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), para dar explicaciones sobre las grabaciones con el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, que el diario digital Público está revelando con cuentagotas, por entregas y con un despliegue propagandístico de los medios públicos catalanes cuyos únicos precedentes son las previas de las grandes escenificaciones de masas organizadas, en teoría, por la entidad "independiente" Assemblea Nacional Catalana (ANC) y en la práctica, por la Generalidad, las diputaciones y los ayuntamientos.
Gran expectación. Daniel de Alfonso no tenía más remedio que comparecer, puesto que la OAC es un órgano dependiente del Parlament. A media mañana, la SER difundía que "la policía de Jorge Fernández Díaz" también había investigado, siempre supuestamente, a Carme Forcadell, expresidenta de la ANC y presidenta de la cámara autonómica. Forcadell volvía a comparecer ante la prensa en un arrebato de protagonismo y con tesis calcadas a las de Mas, Puigdemont y Junqueras: conspiración, conjura y contubernio. Del Estado de Derecho al estado de desecho. Esa fue el aperitivo. Después, De Alfonso y entre medias, la aparición en carne mortal y en la comisión de "asuntos institucionales" de la sede parlamentaria del tiburón de la comunicación, el gran empresario Roures, el añejo militante de la extrema izquierda, el exredactor de deportes de TV3 que ha llegado a lo más alto en la cima de los negocios mediáticos y deportivos, el todopoderoso poseedor de los derechos de emisión de los mejores partidos de fútbol, el productor de películas, consejero áulico de Zapatero y Pablo Iglesias, un tipo con oficinas en medio mundo y una sede en Qatar, a quien además se atribuye la posesión, a través de una empresa patrimonial, de dos yates. Uno de ellos se llama Ítaca.
Tan inusual resultaba su presencia como el compadreo previo con Lluís Rabel, el presidente de la versión regional catalana de Podemos en el Parlament, un exdirigente vecinal de Barcelona no muy del agrado de Ada Colau. En principio, Roures no tendría nada que ver con la edición digital del periódico de papel que fundó y cerró hace ya unos años, pero sus socios, bajo la sociedad limitada "Display Connectors", están al frente del medio que ha reventado la campaña del PP, insuflado ánimos al separatismo y facilitado el acercamiento entre PSOE y Podemos en el tramo final de una contienda electoral marcada por la filtración de unas conversaciones entre De Alfonso y Fernández Díaz de hace dos años.
Vestido de sport, tranquilo y circunspecto, Roures contempló en vivo y en directo la tormentosa sesión parlamentaria, el intento de lapidar a De Alfonso, frustrado por la endeblez y falta de preparación de los parlamentarios. Roures seguía la comparecencia en la tercera fila del espacio destinado a los periodistas y tomaba notas como si aún siguiera las ruedas de prensa de los entrenadores del Barça. Mientras, De Alfonso se ponía una soga al cuello con sus invectivas contra partidos y políticos que aún no estaban al tanto de la última, el presunto intento de relevar a Mas por Germà Gordó, exconsejero de Justicia de la Generalidad y rival del expresident en la refundación de Convergencia. Otro peón eliminado.