"Una cosa es llamar a la movilización y otra distinta reconocer que el PSOE está deprimido en plena campaña electoral". Esto es lo que admiten fuentes socialistas sobre la estrategia electoral de la dirección del PSOE. Sostienen que "fue un error" el victimismo de Pedro Sánchez al reconocer que el PSOE "está desanimado" porque puede provocar el conocido efecto de 'perro apaleado' y movilizar el voto, en sentido contrario, hacia el voto útil y polarizado.
"Claro que había desánimo", dicen reprobando su verbalización en público, nada más y nada menos que en boca del líder del partido, pero hablan de ella en pasado. Según las fuentes socialistas consultadas por Libertad Digital, los militantes y votantes del PSOE "han pasado del desánimo a querer morder" al líder de la formación morada por sus ataques al partido y este cambio de actitud, de la depresión al cabreo, supone también un paso del estado pasivo al activo en una campaña electoral. "Se quieren comer las urnas", dicen simbólicamente.
En privado, las fuentes socialistas focalizan toda su rabia en Iglesias porque, según explican, "no tenemos nada en contra de Podemos", pero sí contra quien ha vertido los insultos y desprecios hacia el PSOE y ahora "pretende erigirse en el centro y la moderación de la socialdemocracia". Por ello, reclaman salir ya al ataque. Abandonar la tibieza y apuntar directamente a la yugular del líder de Podemos porque es lo que "está deseando el votante socialista".
Cambio de estrategia en el debate
Con pocas esperanzas, mencionan el debate a cuatro del próximo lunes para el que "le han llegado a Pablo Iglesias todas las recomendaciones para que salga centrado y moderado" pero creen que Sánchez debería centrar en él sus ataques "para que acabe saliendo el Iglesias de verdad".
Sin embargo, no creen que vaya a haber un cambio en la estrategia del equipo de campaña socialista que ha generado malestar en los territorios y filas por el carácter blando de un candidato que ni responde a los ataques, ni se atreve a citar por su nombre a Iglesias en sus mitines, haciendo a cambio referencias veladas a "algunos" u "otros" para evitar tensar la cuerda de cara a negociaciones futuras.