1. El anuncio de que Carles Puigdemont se someterá a una moción de confianza no fue un acto improvisado. Se coció en el seno de Convergencia y obtuvo el visto bueno del presidente del partido, Artur Mas, el fin de semana previo al pleno de los presupuestos autonómicos. Junqueras se enteró el mismo miércoles del pleno.
2. Para la formación nacionalista, se trató del primer acto de campaña electoral. Puigdemont se desmarcaba de los antisistema y confirmaba así el "retorno a la centralidad" que pretende imprimir Mas a su nuevo partido, aunque sin abandonar el independentismo.
3. Tras la pantalla superada, el reset. El separatismo cambia de discurso. El proceso está finiquitado y hay que volver al principio. El director del diario independentista El Punt Avui, Xevi Xirgo, fue uno de los primeros en aludir al término reset para definir la nueva fase. Los columnistas de La Vanguardia Pilar Rahola y Francesc Marc Álvaro han tomado prestado el "concepto" para definir la nueva fase del procés.
4. De la DUI a la RUI. El lenguaje soberanista se ha llenado de acrónimos. Tras las elecciones autonómicas del 27-S, que Mas calificó de plebiscitarias, el separatismo afirmó haber ganado con claridad y se dispuso a poner en práctica su hoja de ruta para una Declaración Unilateral de Independencia en 18 meses. Ahora, tras el colapso del proceso, cobra fuerza el Referéndum Unilateral de Independencia, una de las condiciones que impone la CUP para no reventar la legislatura. La fecha prevista es el próximo mes de enero. Un nuevo 9-N inconstitucional.
5. El pretexto del veto de la CUP. El calendario de la hoja de ruta de CDC y ERC era imposible, inasumible e irreal. La enmienda a la totalidad de los presupuestos de la formación antisistema ha resultado ser la excusa ideal para dar marcha atrás y romper no sólo el acuerdo de estabilidad con la CUP sino también el pacto con sus electores de Junts pel Sí.
6. Eliminar a la CUP. El objetivo de Convergencia es partir la CUP, de ahí que Mas refuerce las figuras de David Fernàndez, el embajador de Otegi en Cataluña, y de Antonio Baños, el candidato cupero que proponía apoyar a Mas y fue liquidado por las bases cuperas. La CUP es un invento de Convergencia y TV3 para restar protagonismo a ERC. El experimento ha salido mal y ahora se trata de destrozar a la formación antisistema, anticapitalista y anticonvergencia.
7. La Generalidad no tiene capacidad de maniobra financiera. Depende del Fondo de Liquidez Autonómica tras la herencia del tripartito. Los presupuestos presentados por Junqueras tras reunirse con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, respondían a la realidad nigeriana de la solvencia de la administración autonómica. La CUP apostaba por romper con el Estado y con la troika mientras que Junqueras se ceñía a la cruda realidad económica de una administración en quiebra.
8. Convergencia no se fía de ERC y ERC ha ocupado el espacio de los convergentes. Junts pel Sí es una ficción en la que las grietas se agrandan día a día. Si Junqueras no hubiera claudicado ante la ANC y Òmnium Cultural para formar coalición con el partido del tres por ciento, a estas horas sería presidente de la Generalidad. La negativa a reeditar la coalición de cara a las pasadas y futuras generales demuestra que el líder republicano se dio cuenta tarde de su error al salvar a CDC de su decadencia electoral.
9. Puigdemont y Mas ganan tiempo. Esperan que la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, los arietes cívicos del separatismo, fuercen a la CUP a mantener el gobierno regional. La moción de confianza se llevará a cabo tras el próximo 11 de Setembre. Convergencia domina ambas organizaciones.
10. Las próximas elecciones generales serán unas primarias en Cataluña que determinarán el peso de CDC, ERC y Podemos en la comunidad autónoma. ERC busca enlaces con los podemitas catalanes. La CUP no se presenta (España no va con ellos) por lo que es previsible que sus votos se repartan entre la abstención, Podemos y ERC. Convergencia, mientras se refunda y cambia de nombre, espera recuperar el voto moderado. Los resultados del 26-J serán determinantes en la moción de confianza.