La situación es cada vez más insostenible entre los socios de conveniencia en el gobierno catalán. El presidente Carles Puigdemont empieza a temer unas nuevas elecciones, serían las cuartas en 6 años y nuevamente está en manos de los radicales de la CUP el poder evitarlo. Los antisistema mantienen su enmienda a la totalidad a los presupuestos después de que este jueves no llegaran a un acuerdo pese a los intentos del vicepresidente Oriol Junqueras por contentarles con nuevas cesiones.
Las opciones que ahora quedan son dos: o tirar adelante con las cuentas prorrogadas de 2015 o convocar una nueva cita con las urnas. Visiblemente enfadado, Carles Puigdemont les ha reprochado a los diputados de la CUP que "al día siguiente de una derrota siempre se levanta una generación de constructores dispuestos a remendar aquello que los destructores han desgarrado".
Dardo envenenado hacia los antisistema y mensaje desesperado también para los otros grupos políticos del Parlamento a los que les pedía aparcar "las diferencias ideológicas" para posicionarse al lado de las nuevas cuentas. "Estamos en un momento clave para saber si queremos seguir siendo constructores o no, de si pensamos en los más vulnerables o nos temblarán las piernas", decía el presidente catalán en un escenario perfectamente estudiado y nada casual, la presentación del programa #Invulnerables en Viladencans desde donde ha evidenciado la crítica situación conyugal que atraviesa con su socio en el gobierno.
Puigdemont lo intentará hasta el final. Es el próximo miércoles 8 de junio cuando se vota la enmienda a la que este viernes también se ha sumado la marca de Podemos, Cataluña Sí se Puede. Este viernes ha convocado al mediodía en el Palau de la Generalidad a las entidades independentistas como la autodenominada Asamblea Nacional Catalana ( ANC) y a Òmnium para valorar el posible efecto negativo que tendrá en sus proyectos rupturistas el bloqueo que mantiene la CUP decidida a acabar con la legislatura.