Desfile político-judicial del PSOE en plena precampaña electoral
Chaves, Griñán y Susana Díaz comparecerán esta semana en comisiones de investigación sobre corrupción del parlamento andaluz.
Mala semana para el PSOE andaluz. Tras conocerse que el amigo íntimo y "frecuente" de Susana Díaz, el expresidente Felipe González, medió ante el presidente de Sudán, considerado un genocida por el Tribunal de La Haya, para favorecer los negocios de su amiguete Farshad Zandi, la semana que este lunes empieza verá a Manuel Chaves y a José Antonio Griñán compareciendo, con voz o mudos, en la Comisión de Investigación sobre el fraude de la formación en el Parlamento Andaluz.
Por si fuera poco, este martes lo hará la presidenta de la Junta y a lo largo de la semana, previsiblemente también martes, 31 de mayo, el juez Álvaro Martín dictará el auto que inicia el procesamiento de los dos expresidentes de la Junta y algunos ex consejeros y altos cargos en la considerada pieza politica de los ERE.
Se trata de un desfile que afecta al pasado y al futuro del PSOE en España. Aunque se trate de minimizar interesadamente la relevancia de los protagonistas, se trata de dos expresidentes de la Junta, sí, pero, sobre todo, de dos expresidentes del PSOE a nivel nacional.
Además, Manuel Chaves ha sido ministro y luego vicepresidente del gobierno de España y José Antonio Griñán fue sucesor de Chaves en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social en el último gobierno de Felipe González, además de consejero de la Junta de Andalucía.
Por último, comparece Susana Díaz, la gran esperanza del socialismo español tras el previsible testarazo de Pedro Sánchez en las próximas elecciones. En mal momento tras su selfie con el presidente encarcelado de Ausbanc (cuyos tentáculos han alcanzado a Canal Sur e incluso a Antonio Miguel Carmona en Madrid), la presidenta de la Junta tendrá que explicar su oscuro comportamiento en el fraude de la formación.
1990-2010: dos décadas ominosas
En esas dos décadas y desde que Manuel Chaves fue "obligado" por Felipe González a hacerse cargo del PSOE andaluz antes de que estallase del todo el caso Guerra, se han sucedido los escándalos de todo tipo.
Por poner algunos ejemplos, desde el caso Guerra al caso del préstamo impagado de 32 socialistas gaditanos a la Caja de Ahorros de Jerez, que fue hecho desaparecer del archivo informático de la entidad; desde el estallido del caso Ollero y los varios casos de la Expo 92 al caso de los negocietes de uno de los hermanos de Chaves vía la empresa ClimoCubiertas; desde el descubrimiento de la ayuda a fondo perdido de Chaves a Minas de Aguas Teñidas, la empresa donde trabajaba su hija Paula, a la exhibición de su hijo como "comisionista de la Junta", como él mismo calificó su trabajo. Y así podía seguirse añadiendo casos a casos.
Pero fue la explosión del caso ERE el que reventó la presidencia de Manuel Chaves, que tuvo que dimitir de forma acelerada, y el que terminó con la carrera política del altivo José Antonio Griñán, que se alió con Zapatero y secuaces andaluces en su tiempo de mandato para acabar con los partidarios de su antecesor. Tras su caída vertiginosa, Susana Díaz se echaba sobre los hombros salvar del naufragio al PSOE andaluz, algo que consiguió a duras penas y, por ahora, y volver a situar al PSOE como partido de gobierno a nivel nacional.
Esta semana, lunes y martes, todos ellos tendrán que comparecer para explicar cómo fue posible el fraude de la formación, con 3.000 millones de euros en las arcas perdidas, y los dos primeros y demás socialistas imputados, sufrirán las consecuencias del procesamiento al menos por prevaricación administrativa en un caso en el que el juez habla incluso de "organización criminal".
Díaz ante la Comisión del fraude de la formación
Será mañana y será incómoda, sobre todo por la confluencia de dos casos, el del fraude de la formación y el caso, demasiado olvidado, del comportamiento delictivo de dirigentes de UGT en su desvío de subvenciones para la formación del cual Libertad Digital aportó la exclusiva en 2013.
A pesar de su boca a boca continuo con Juan Marin, el líder de Ciudadanos en Andalucía, esta vez no ha podido superar el marrón que sí eludió en el caso ERE donde su figura, a pesar de haber sido secretaria de Organización del PSOE de Sevilla en el tiempo de la secretaría general de José Antonio Viera y las ayudas del fondo de reptiles al electorado socialista de la Sierra Norte de Sevilla, ha salido indemne. Por lo menos mientras el imputado Viera así lo considere.
Pero además de la responsabilidad política, Susana Díaz va a tener que decir salgo sobre la presencia de su marido José María Moriche, como empleado de UGT en cursos subvencionados por la Junta en un expediente que sufrió, como en otros casos, desviaciones de finalidad.
En maniobras orquestales en la oscuridad, desde la Junta se está presionando incluso a la UDEF, artífice principal de la investigación en la conocida como Operación EDU que dio origen a los famosos ocho informes de los Interventores provinciales donde se ponían de manifiesto las irresponsabilidades y los descontroles de la Junta cuando Susana Díaz era ya presidenta de la misma, informes que no puso en fecha y hora a disposición del Parlamento pero que fueron publicados, uno tras otro, por Libertad Digital.
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