Rajoy volverá a ofrecer una gran coalición tras el 26J: "No cambio de opinión fácilmente"
Se ofrece a negociar con Puigdemont, sin líneas rojas, sobre financiación autonómica y carga ante los empresarios contra Colau y Carmena.
Mariano Rajoy avisó a los empresarios de que no hará experimentos tras las nuevas elecciones del 26 de junio. "¿Qué va a pasar? No soy una persona que cambie de opinión fácilmente ni que vaya en contra de mis propuestas", afirmó ante los integrantes del Círculo de Economía, reunidos un año más en Sitges. A renglón seguido, confirmó que, si gana como dicen todas las encuestas, volverá a ofrecer a PSOE y Ciudadanos una gran coalición.
Antes, Antón Costas, el presidente saliente del Círculo, propuso que todas las fuerzas políticas se comprometan a dejar gobernar a la lista más votada. Un día antes, el invitado al foro fue Pedro Sánchez, y los empresarios interpretaron que, en esta ocasión, sí dejaría gobernar a Rajoy para evitar una nueva repetición electoral. "A mí me parece muy bien", contestó en un primer momento el candidato del PP, aunque dejando claro que él prefiere un pacto pese a que, tras el 20D, su propuesta "fue despachada en tres segundos" por el líder socialista.
Así las cosas, tras el 26J, Rajoy tendrá otra vez la mano a los constitucionalistas, toda vez da por descontado que no logrará la mayoría absoluta. "No voy a tener un planteamiento muy diferente al de diciembre. Sería una insensatez. Intentaré formar gobierno", dijo, para abogar "un pacto a cuatro años" en el que se acuerde lo esencial para el país, como la política económica y la defensa de la unidad territorial. "Y si hay temas en los que no nos ponemos de acuerdo, los apartamos", llegó a declarar.
El líder del PP lo volvió a repetir por si cupieran dudas: "Si las cosas no cambian sustancialmente -con respecto al 20D-, haré lo mismo que dije el día 21 de diciembre en la Junta Directiva del PP. Es en lo que creo y lo mejor para España", aseveró. Y, sobre si barrunta dar un paso al lado como le recomienda Ciudadanos, también dejó claro que su intención es resistir. "Se habla del tema de la edad (…) Es una broma. En la política hay gente muy capaz con muchos años e incapaz con muy pocos", replicó a los empresarios, provocando risas en el auditorio.
En su respuesta, Rajoy defendió que su continuidad es perfectamente compatible con la regeneración en su partido. "El PP tiene una vicepresidenta y una secretaria general que hace 10 años no estaban en la vida pública española", apuntó. Luego, también sacó a colación los nombramientos de los últimos vicesecretarios generales, a quienes "hace menos de un año no les conocían prácticamente nadie". Y se reivindicó una vez más: "Decir que uno no puede dedicarse a la política porque nació antes de la Constitución es una broma".
Carga contra Carmena y Colau
Por lo demás, el líder del PP dedicó la mayor parte de su intervención -más de media hora- a sacar pecho de su política económica para, a renglón seguido, alertar de los riesgos que supondría para España la llegada de Podemos a la Moncloa. Como ejemplo, se fijó en la gestión de Ada Colau en Barcelona y Manuela Carmena en Madrid, citando desde la paralización de nuevas licencias turísticas a la paralización de las operaciones Chamartín y Campamento. "La demagogia barata o actuar con prejuicios ideológicos hace muchísimo daño a la economía, igual que la inestabilidad y la incertidumbre política", destacó sobre ambas.
"Hay que escoger entre dos modelos económicos", simplificó de cara a los comicios. Y, si el PP sigue gobernando, prometió una época de bonanza económica y creación de empleo, siempre a la cabeza entre los países de zona euro. Los empresarios le preguntaron por la posibilidad de que Bruselas multe a España por no cumplir con los objetivos de déficit público. "Estoy convencido de que no habrá ninguna suerte de multa. Hacer bien las cosas es rentable", replicó, no sin recalcar que seguirá con los esfuerzos en esta materia.
Por último, y como ocurre cada vez que asiste a la reunión anual del Círculo, le preguntaron por Cataluña. "No soy presidente del Gobierno para liquidar la soberanía nacional", partió de la base. Si bien, se mostró proclive a una negociación, sin líneas rojas, cuando se abra el melón de la financiación autonómica. "Tuve una reunión con Carles Puigdemont que fue bien. Si cedemos, se puede hablar de todo", se despidió no sin recalcar que, el año próximo, pretende regresar siendo todavía jefe del Ejecutivo.
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