Mariano Rajoy fijó este martes con su cúpula la estrategia a seguir de cara a las elecciones del 26 de junio. Y, según se reconoció públicamente, la cuestión que generó más debate interno fue la referida "a la relación" que se debe mantener con el reto de partidos hasta la cita con las urnas. En especial, sobre cómo actuar con respecto a la formación de Albert Rivera, centro de las críticas de buena parte del PP para disgusto de un sector en el que se encuentra Pablo Casado. "Con matices, el mensaje tiene que ser el mismo. Sin divisiones", se concretó en el despacho, según las fuentes consultadas.
La decisión final fue dada a conocer por Javier Maroto, al término de la reunión del Comité de Dirección. "Se ha fijado de forma definitiva la relación con los partidos", destacó en su intervención inicial, para prometer una campaña "en positivo" alejada del "y tú más" que tanto recrimina la opinión pública. Si bien, esto no significa que no se vaya a cargar contra Ciudadanos. En concreto, Rajoy seguirá echando en cara a Rivera su acuerdo con el PSOE -que, a sus ojos, suponía una derogación de su plan de reformas- y, especialmente, su foto con Podemos en el marco de la negociación para evitar otras elecciones. "Llamaron extremistas a Podemos" y después "se sentaron con ellos", denunció el portavoz de Génova.
Según Maroto, "una cosa es hacer crítica y otra cosa es hacer crónica", y el PP hará lo segundo. "Estamos recordando hechos", enfatizó, para a renglón seguido defender que se tiene que "explicar lo que es conveniente a los españoles". Un argumento que también usó Fernando Martínez-Maíllo para acusar a Ciudadanos de tener "manga ancha con la corrupción del PSOE y muy estrechita con la del PP". "Son de centro-izquierda", llegó a afirmar en la Caden SER.
La opinión de Cifuentes y Casado
"La posición es unánime", zanjó Maroto. De hecho, se llevaba buscando días, toda vez Jorge Moragas, el director de la campaña, reclamó recientemente a los vicesecretarios evitar aristas en esta cuestión, muy espinosa para el PP por el daño electoral que les hace la formación naranja. "Ha habido debate" y se ha llegado "a una decisión", reiteraron las fuentes consultadas. Maroto, por ejemplo, siempre se ha caracterizado por su dureza contra Rivera. En cambio, Cristina Cifuentes o el citado Casado, entre otros, han abogado tanto en público como en privado por no romper todos los puentes. "El acuerdo natural es con Ciudadanos", llegó a defender, en Es La Mañana de Federico, la líder madrileña.
En opinión del entorno de Rajoy, con esta estrategia se podrá atacar a Ciudadanos "en base a hechos", pero dejando la puerta abierta a un posible acuerdo tras el 26J. Aunque, por supuesto, todo dependerá de las encuestas que, de aquí a la cita con las urnas, se elaborarán diariamente. "Nuestro objetivo es recuperar a parte de los que votaron a Ciudadanos y de los abstencionistas -gracias al discurso del miedo-", arguyeron. "Después, capítulo nuevo y a negociar", reconocieron, pese al enorme escollo que supone que Rivera siga pidiendo sin disimulo un paso atrás. Cuestión, por cierto, que no se trata en el Comité de Dirección, pero sí en charlas y comidas informales de altos cargos del PP.
Por lo demás, Maroto informó de que el partido presentará el grueso de su programa electoral el próximo día 4 en Barcelona, y que no caben esperar muchas novedades. Según precisó, Rajoy cuenta con "cinco fortalezas", y a ellas se referirán en todo momento. "Credibilidad en materia económica, experiencia, defensa del interés general, defensa del proyecto de España y capacidad de liderazgo, credibilidad y fiabilidad", resumió en su comparecencia. "Somos previsibles. No habrá cambios de 180 grados", sacó pecho Maroto, para machacar el mensaje de que el único voto útil es a Rajoy.