Mariano Rajoy se reafirma en su estrategia del miedo. A sus ojos, el acuerdo alcanzado entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón supone la constatación de que el único voto útil es al Partido Popular, con él de candidato. "Si no quieres que gobierne Podemos, vota PP", se puede leer en los argumentarios internos. Desde Logroño, Rajoy insistió: una coalición de "extremistas y radicales" no es "lo que le conviene al progreso" de España.
El líder del PP inició la jornada en Pamplona, donde firmó con Javier Esparza el acuerdo de coalición electoral con UPN. Ya allí, en una intervención sin opción a preguntas, aseguró que el país necesita "un Gobierno serio y con las ideas claras". "No son tiempos para amateurs, para venir al Ejecutivo a aprender", afirmó, en una crítica velada a Ciudadanos.
Este lunes, la dirección nacional decidió recuperar el discurso del PP o el caos, e insistir en que la estabilidad económica e institucional podría estar en riesgo sin Rajoy en la Moncloa. En este sentido, el presidente en funciones volvió a denunciar el proceso de "dimes y diretes" vivido en los últimos cuatro meses, y recalcó que su opción –con UPN como aliado - es la única "moderada, sensata y equilibrada" como "las que se llevan en Europa".
Tras visitar la capital de Navarra a primera hora, Rajoy se trasladó a Logroño para participar en otra típica jornada de precampaña, paseo electoral incluido. Allí atendió a los medios de comunicación, y comparó la coalición entre Podemos e IU con la que acababa de reeditar con UPN. "Un acuerdo por la unidad nacional, la igualdad de los españoles, la creación de empleo y el proyecto europeo", sacó pecho. Esto es, "una coalición muy representativa" de lo que es España.
En todo caso, Rajoy quiso recalcar que respeta el pacto alcanzado por sus competidores, sobre la que –después de las críticas- precisó que no tiene "nada que decir".Ninguno de sus mensajes fue dirigido al Partido Socialista.