Noche de San Anastasio, diez de mayo. Fiestas patronales de Badalona, la tercera ciudad en número de habitantes de Cataluña (215.654 habitantes). En la actualidad gobierna una coalición antipopular formada por socialistas, convergentes, republicano podemitas y cuperos. En las municipales de hace un año, Xavier García Albiol obtuvo diez concejales, uno menos que en 2011, pero cinco más que la segunda fuerza, "Ganemos Badalona en Común", una "confluencia" de podemitas y cuperos liderada por la actual alcaldesa, Dolors Sabaté.
En pocos días se arbitró el cordón sanitario contra el PP y PSC (cuatro concejales), ERC (3), Iniciativa per Catalunya (2) y CiU (1) llegaron a un pacto para descabalgar a Albiol, candidato de la lista más votada y que había obtenido más votos que en las anteriores elecciones.
Sea como fuere, el trabajo del nuevo gobierno municipal no se atiene tanto a desmontar la política de Albiol como a demonizar en sentido literal al anterior alcalde y actual jefe de filas popular en el parlamento catalán. De ahí que este martes esté prevista la quema de un muñeco en forma de demonio que representa al dirigente político que rigió los destinos de la ciudad y se mantiene al frente de la oposición.
La quema de un demonio es uno de los actos centrales de las fiestas de Badalona en conmemoración de San Anastasio. Desde 1940 es tradición quemar una especie de falla que no tenía significado político hasta este año, en el que las juventudes de la CUP, partido de preferencia de la alcaldesa, han construido un artefacto con un retrato de Albiol y un traje que luce en la pechera el yugo y las flechas de la Falange.
El Ayuntamiento se ha desmarcado de la iniciativa de que la falla lleve el retrato del político del PP e incluso afirma haberlo prohibido, pero ha defendido la libertad de expresión, por lo que es más bien improbable que García Albiol se libre de la simbólica pena de la hoguera por la inquisición de la izquierda y los nacionalistas.
Albiol, por su parte, ha declarado que piensa asistir a la fiesta de quema del "demoni" porque "a estas alturas no me afectan las sandeces de esos anormales". Ha lamentado, no obstante, que se utilice un "símbolo de la ciudad y un referente para los niños" para contaminarlo con la política. Ha aprovechado también para reprochar el apoyo de los cuatro concejales del PSC a la CUP.