El ministro de Justicia, Rafael Catalá; el de Exteriores, José Manuel García-Margallo; el de Interior, Jorge Fernández Díaz; y la de Fomento, Ana Pastor, charlaron, comieron y tomaron copas con el presidente de la Generalidad, Carles Puigdemont, y con su antecesor, Artur Mas, encausado por la organización del referéndum ilegal del 9-N, así como con el vicepresidente autonómico, Oriol Junqueras.
Pelillos a la mar en la masía del empresario Luis Conde, de la sociedad de "cazatalentos" Seeliger&Conde. Imponente propiedad en Fonteta, enclave del municipio ampurdanés de Forallac, y civet de jabalí como plato del día. Fiesta bianual imprescindible para la política y las finanzas "hispano-catalanas". Toma de temperatura de la crispación, mediciones en torno a la desconexión. El empresario Conde congrega bajo su techo y en sus jardines al todo Barcelona y medio Madrid. A partir de ahí, comienza el baile de corrillos, las charletas y las confidencias.
Ana Pastor y el consejero de Cultura Santi Vila refuerzan la amistad forjada cuando Vila se ocupaba de la consejería de Fomento. El ministro de Justicia se esfuerza en repartir sonrisas ante los constantes comentarios sobre la situación procesal de Artur Mas y Quico Homs, el portavoz convergente en Madrid, que ratifica su fama de tipo amigable entre los populares y en las distancias cortas. Nadie es como parece en Fonteta. Mas se ríe con Margallo ante la atenta mirada de Pastor. Fernández Díaz ofrece explicaciones a Homs. El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, vuelve a coincidir con Puigdemont. Ambiente distendido en la "cumbre" a pesar de la tensión política, del proceso separatista y de las maniobras judiciales.
En casa de Conde se habla de Mario Conde, de Manos Limpias y de Soria, el exministro, al que crujen los representantes del sector económico ante la indiferencia de los populares. Ahí están el presidente de la patronal Fomento, Joaquim Gay de Montellà; el presidente de la Cámara de Comercio, Miquel Valls; el presidente de Planeta, Josep Crehueres; Josep Lluís Bonet, de Freixenet; Marc Puig, del grupo Puig; el hotelero Joan Gaspart, el consejero delegado de Ercros, Antoni Zabalza, el presidente de la Autoridad Portuaria de Barcelona, Sixte Cambra y muchos más.
En el grupo de los ex, además de Mas, destacaban el expresident José Montilla y el exalcalde de Barcelona, Xavier Trias. El socialismo oficial estuvo representado por el primer secretario del PSC, Miquel Iceta. Y hasta Oriol Junqueras estuvo de lo más cordial explicando su reciente visita a Roma, el día en que Montoro convocó a los consejeros autonómicos de su ramo.
El consejero de Interior, Jordi Jané, y el de empresa, Jordi Baiget, pululaban por los corrillos. Unió, que aún existe, estuvo representada por Ramon Espadaler. La recaudación del evento, al que asistieron más de trescientos vips, se destina a la asociación El trampolí, dedicada a las personas con discapacidad psíquica.