La tesis más extendida en el PP es que habrá elecciones en junio. Si bien, en paralelo, crece el temor a que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias acaben entendiéndose en el último minuto. "Tienen la posibilidad de tocar poder y no van a desperdiciarlo", es uno de los argumentos más recurrentes. Otro es que las encuestas acabarán pesando como una losa, y habrá pacto. "No las tengo todas conmigo", en palabras de un miembro de la dirección nacional. Ministros, barones y diputados de las distintas Cámaras llevan días expresando este mismo miedo en las estructuras internas de la formación.
Si Mariano Rajoy comparte esa hipótesis, no se lo transmite a sus interlocutores, que no se cansan de repetir que le ven "muy tranquilo" y "encantado" de no participar en "la comedia de enredo". "Está absolutamente convencido de que habrá nuevas elecciones", sentencian al más alto nivel. Así se lo dijo en febrero a David Cameron y otros líderes de la UE, tal y como captaron las cámaras de televisión. Y de ahí que ya esté en modo campaña, y haya participado en tres convenciones nacionales -el sábado habrá una nueva en Zaragoza- en las que se están desgranando los ejes del que será su nuevo programa electoral, prácticamente calcado al del 20 de diciembre.
Lo lógico, comparten con su líder los dirigentes consultados, es que haya elecciones. Pero un sector de la formación, del que forman parte destacados veteranos, se guía por su "pálpito" e "intuición" para alertar de que, al final, las formaciones de izquierda acabarán uniéndose. "Yo no descarto nada. Ni que el PSOE se vaya con Podemos y los independentistas ni que Ciudadanos acabe participando en el paripé", en palabras de un integrante de la cúpula. En un encuentro con periodistas en Estrasburgo, Esteban González-Pons, jefe de los populares españoles en las instituciones comunitarias, no descartó esa segunda opción: "La política hace extraños compañeros de cama" pero "lo que no habíamos visto es al enemigo durmiendo contigo", se burló. Sería, añadió, "un Gobierno curioso, un Gobierno tutifruti" el de PSOE, Podemos y Ciudadanos.
Discretamente, los cargos del PP preguntan intranquilos a sus colegas socialistas. En la mayoría de ocasiones les dicen que no hay nada que hacer y que se abrirán las urnas, pero no acaban de fiarse. A los argumentos ya citados unen que "el PSOE ha demostrado que puede pactar con cualquiera con tal de echar al PP como así se ha visto en ayuntamientos y comunidades". Pablo Casado, por ejemplo, no se cansa de repetirlo públicamente y algunos eurodiputados se lo dijeron directamente a Rajoy en un reciente encuentro que mantuvieron con él en la capital comunitaria. Luisa Fernanda Rudi es otra que ve las orejas al lobo, según las fuentes consultadas.
Mientras, Rajoy espera tranquilo. Según su entorno, moverá ficha y entrará por fin en la escena política una vez voten las bases de Podemos. "Hay dos alternativas. O un gobierno de extrema izquierda como el griego o un gobierno de extremo centro como el de la Comisión Europea", arguyó González Pons, no sin insistir en que "la mano sigue tendida" pese al veto de los socialistas. Si bien, en privado, Moncloa y Génova coinciden en que no auguran un giro de última hora que desatasque la situación con la gran coalición en las portadas.
El propio Pons admitió que, desde el 20 de diciembre, el país vive una situación de campaña encubierta. "Lo que no es habitual en la UE es que se repitan elecciones. Si se repiten, España sería el primer país -a excepción de Grecia- incapaz de formar Gobierno desde la Segunda Guerra Mundial", se quejó ante la prensa. Si bien, al entorno de Rajoy los números le salen, y ya sólo piensan en otros comicios. "La gran coalición hoy por hoy es imposible. Hay que ir a elecciones y empezar de nuevo con un PSOE con otra mentalidad".