Mariano Rajoy está "encantado" ante el momento político actual. Constatado el fracaso de la reunión entre PSOE, Podemos y Ciudadanos, cree que el escenario le beneficia y que los españoles acabarán agradeciéndole en las urnas que nunca se haya movido de su posición inicial, expresada en el Comité Ejecutivo del 21 de diciembre. La pelota, según su equipo, vuelve a estar en el tejado de Pedro Sánchez. Si "rectifica", habrá por fin llamada.
El PP entrará en la negociación en caso de que Sánchez tenga "un gesto" y se deje de "vetos", aunque con cuidado y dejando muy claros sus requisitos. Para empezar, no se moverá de una gran coalición liderada por él. Y, en ningún caso, negociará en base al documento pactado por el PSOE y Ciudadanos. "No aceptamos ni aceptaremos ese papel", enfatizaron las fuentes consultadas. Esto es, se pondría sobre la mesa "un nuevo documento" con "los cinco grandes acuerdos" planteados por Rajoy como base. "A partir de ahí, habría que negociar y ver las propuestas de unos y otros".
En Barcelona, en una nueva convención nacional, Rajoy se reivindicó una vez más y sacó pecho de que nada ha cambiado de su discurso. "El PSOE no ha querido sentarse con nosotros" pero "la propuesta que sigue vigente es la del PP y, si quieren, estamos dispuestos a hablar", destacó. "Ser investido presidente es importante pero lo que de verdad necesita España es un gobierno que pueda gobernar y tenga mayoría en el Congreso", arguyó, no sin burlarse de las "reuniones, fotos y televisiones" que Sánchez ha protagonizado. "Espectáculo… dimes y diretes", resumió, ante la carcajada de los suyos.
Pese a criticar sus contactos con los independentistas, Rajoy tendió la mano a Sánchez por dos veces, y ninguneó a Ciudadanos. Frente a la discusión interna sobre si es el momento de un acercamiento, el líder del PP optó por hacer como si no existieran. "No vamos a hacer nada. Hay que dejarles que sigan unidos al PSOE, son la imagen del fracaso", destacaron desde la dirección nacional. Tras escuchar al presidente, se reafirmaron: "Llamada al PSOE a negociar sobre la gran coalición y Ciudadanos casi ignorados".
El argumento de Rajoy es que los votos de Albert Rivera no sirven para nada y, en consecuencia, no tiene sentido una aproximación con un PSOE estático. "La propuesta del PP es la misma que el 21 de diciembre, es la sensata, la razonable, la que se lleva en Europa y la que más se ajusta a la voluntad de los españoles", reiteró el líder del PP, al que se le vio tranquilo y sin ganas de forzar las cosas. De hecho, su equipo se fijó en la votación de Podemos a las bases -que concluirá el día 16- para volver a hacer un análisis de situación.
María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría hicieron de coro de Rajoy en la convención celebrada en la ciudad condal. "Estamos hartos de tanto ego superlativo, tanto egoísmo personal y tanto interés partidista", resumió la número dos del PP. "Ofrecemos un diálogo sincero y legal para que España tenga un buen gobierno" aunque sin "inventos ni improvisaciones", añadió a renglón seguido la segunda.
Una pretendida fotografía de unidad con la que Rajoy se presentó ante una "nueva fase de negociaciones", pero con la vista puesta en las elecciones. "Es lo más probable y en ello trabajamos", admitieron desde su entorno, con la maquinaria puesta en marcha "como si estuviéramos en campaña". Tras la convención, el líder del PP aprovechó para almorzar con los actores clave de su formación.