Tal y como atestigua un informe de incidente al que ha tenido acceso Libertad Digital, Victoria Rosell ha vuelto a provocar un altercado en el aeropuerto de Gran Canaria, el segundo en poco más de un mes después de que el pasado 24 de febrero increpase a un empleado para que le abriese la sala de autoridades del aeropuerto.
A primera hora de este domingo la diputada de Podemos se disponía a pasar el control de seguridad cuando se dirigió al auxiliar que controla las tarjetas de embarque y le preguntó qué hacía un carrito con maletas abandonado en un pasillo, a lo que se le respondió que las maletas estaban controladas y su propietario muy cerca hablando por teléfono.
Para la exjuez Rosell la respuesta no resultó satisfactoria y, siempre según el atestado, replicó que dichas maletas deberían estar a 200 metros y que "es diputada y sabe lo que dice".
Poco después, al ser requerida para separar el ordenador del resto de su equipaje –los equipos informáticos deben atravesar las máquinas de rayos x de los controles de seguridad en bandejas aparte de cualquier otro objeto y fuera de sus fundas– se negó hacerlo y preguntó "si se trataba de una broma".
"Puedo pedir la sala de autoridades"
Tanto el personal de seguridad como el guardia civil en el control le explicaron que se trata del procedimiento ordinario, algo que cualquier persona que haya volado en los últimos años puede saber, pero aún así Victoria Rosell se negó a hacerlo y, no sólo eso, sino que aseguró de nuevo "que es diputada" y que "puede pedir la sala de autoridades", algo que pese a su anterior incidente se ve que todavía no ha aprendido que no es cierto, pues según un decreto de 1983 su uso no está permitido a los diputados.
Además, requirió al Guardia Civil en el puesto "que se personara el jefe del servicio" y que le diese su número de identificación profesional. Sin embargo, cuando a ella se le pidió que se identificase respondió que no le daba "la gana" y se dirigió hacia la zona de embarque.
En una muestra de profesionalidad sin duda encomiable el guardia civil siguió a la diputada de Podemos e insistió "en numerosas y reiteradas ocasiones" para que se identificara, a lo que ella se negó intentando esquivar al propio agente hasta que, finalmente, le entregó un documento que resultó ser su acreditación de diputada. Esta no es, por supuesto, una forma válida de acreditar la propia identidad, así que se le exigió que entregase un DNI, cosa que por fin hizo.
Tal y como refleja el citado informe, al menos siete personas han sido testigos del incidente: dos auxiliares del aeropuerto, cuatro vigilantes de seguridad y el agente de la Guardia Civil. De todos ellos constan en el documento los números de identificación profesional, así como también se puede encontrar el DNI y los datos de la propia María Victoria Rosell Aguilar.