El Partido Popular respira intranquilo. Mariano Rajoy repite sin cesar que él aún tiene fuerzas y ganas y que quiere volver a intentarlo en caso de comicios en junio, pero el debate sobre su posible salida existe, y cobró este jueves especial relevancia. "Que dé un paso atrás y deje paso a otra persona", le instó públicamente Alberto Garre, quien fuera presidente de la Región de Murcia durante parte de la legislatura pasada. "La gaviota chapotea en el charco de la corrupción y es incapaz de remontar el vuelo", se sumó Jaime Ignacio del Burgo, otro histórico de la formación.
El Gobierno, la dirección nacional y los barones más influyentes se lanzaron de inmediato a restar importancia a estas dos voces críticas, que por primera vez alzaron su voz públicamente y no en encuentros informales con periodistas, amparados por el off the record. Si bien, en privado, el entorno de Rajoy reconoció su preocupación ante el hecho de que el debate sobre la sucesión se esté instalado cada vez con más fuerza en la opinión pública sin que nada puedan hacer por evitarlo. "No hay una entrevista en la que no me pregunten por el futuro de Rajoy. Y hoy ha sido mucho peor", en palabras de un portavoz habitual del PP.
Así las cosas, el PP trató de apagar el incendio cuanto antes y con todos los medios a su alcance. Poco después de la andanada de Garre, a primera hora de la mañana, Soraya Sáenz de Santamaría le daba cumplida réplica en TVE. "El señor Garre está de salida y, en este asunto, yo pido que pensemos todos en el bien del país por encima de las peripecias personales de cada uno", contestó. Le siguió todo un batallón de importantes cargos del Ejecutivo y el partido. "En el PP somos muchísimos y hay libertad de expresión. Eso del clamor silencioso lo dirá él", espetó Jorge Fernández Díaz, que recomendó "lealtad y prudencia" y hablar en los órganos internos del partido.
Respaldo de Feijóo y Cifuentes
El entorno de Rajoy puso especialmente en valor el pronunciamiento de Alberto Núñez Feijóo y Cristina Cifuentes, señalados internamente como posibles sucesores y con una influencia cada vez mayor. "La respuesta es que no, desde luego, yo no lo conozco y los clamores normalmente son notorios y notables. Yo no conozco ese, ni siquiera rumor, no ya clamor", contestó el mandatario gallego sobre el deseo de un sector del PP de que haya cambios. Cifuentes elogió a Rajoy: "Ha sido el candidato ganador, el elegido, el más votado, el candidato que en su circunscripción –Madrid- ha sacado una diferencia verdaderamente notable con respecto al resto de candidatos", arguyó.
Una catarata de apoyos, con buena parte de los vicesecretarios generales en los medios, a la que se sumó toda una operación para desacreditar a Garre, y que llegó tanto desde Génova como desde el actual Ejecutivo de Murcia. Se enfatizó que el histórico dirigente -fue durante más de 30 años diputado nacional o regional-está actualmente solo, enemistado con Pedro Antonio Sánchez –hoy presidente regional- y Ramón Luis Valcárcel –el otro actor clave del PP de Murcia-, y "llevaba algunas semanas criticando, y no precisamente en el Comité Ejecutivo".
"Nunca ha ganado unas elecciones, fue un presidente de transición –cuando Valcárcel se fue a Bruselas- durante un año pero después maniobró e hizo cosas feas cuando se le dijo que el candidato iba a ser Sánchez", se expuso desde el equipo del actual presidente de la región. Tras ello, según este relato, intentó primero ser propuesto senador por designación autonómica y después formar parte de las listas a las elecciones generales, pero no lo consiguió. "Lloró a todo el mundo, pero se le dijo que no, porque había sido desleal. Actualmente no es nada, únicamente preside el Comité de Derechos y Garantía del PP de Murcia", explicaron las fuentes consultadas.
En conversación con este diario, Garre rechazó estas acusaciones. "Soy disciplinado pero no un siervo", enfatizó, para reiterar a renglón seguido que "todo el mundo" piensa que Rajoy ha de retirarse por el bien del partido y de España. "He escuchado a Soraya. En política todos estamos de salida así que debería tener la maleta preparada porque nadie es imprescindible", remachó. En el Gobierno de Murcia, en cambio, se situaron del lado de la vicepresidenta y Sánchez definió a Rajoy como "el mejor presidente que España necesita en estos momentos". "Dios quiera, y los españoles también, que sigas gobernando", le dijo Valcárcel en su última visita a la región.
Del Burgo y Morant
Con Garre en todas las portadas, llegó el tortazo de Del Burgo, otro histórico también alejado de la primera fila. En un artículo en Vozpopuli, el expresidente del PP navarro consideró que su partido necesita una renovación "de arriba abajo" o incluso "una segunda refundación". La única opción, a sus ojos, es que "antes hoy que mañana" Rajoy "dé un paso atrás" y confíe "la titánica tarea" de refundar el partido "a una persona o a un equipo de personas que reúnan las condiciones necesarias de integridad y prestigio para conducir el proceso". En todo caso, en Génova también recordaron que no es el primer rapapolvo de Del Burgo al jefe. "Es una persona que, actualmente, no tiene ninguna influencia en el partido", deslizaron al más alto nivel.
Las voces críticas sumaron algunos cargos más. Alejandro Morant, vicepresidente tercero de la Diputación de Alicante, pidió a Rajoy que "deje paso a otras personas al frente del PP" para intentar alcanzar un acuerdo. En esRadio, con nombres y apellidos, varios miembros de Nuevas Generaciones reclamaron lo mismo la pasada semana. "Hay que hacer una regeneración en base a la participación del afiliado para que todos podamos expresarnos en libertad", demandó Andrés Ferrer, líder de los jóvenes de Baleares. Isabel Benjumea, responsable de la Red Floridablanca, cada vez gana más adeptos en su petición de que se celebre un congreso del partido.
Un goteo de declaraciones insignificante en opinión de la cúpula nacional, pese a la inquietud porque la discusión esté en la calle. En todo caso, en Moncloa y en Génova siguen impertérritos: "Rajoy será el candidato", responden oficialmente. Y reiteran, una vez más, que no habrá congreso en caso de nuevas elecciones, y éste será elegido mediante una Junta Directiva. El líder del PP, que admitió que sabe de estos movimientos, volvió a decir hace escasos días que su intención es repetir. "Hablo muy a menudo con él y no da la sensación de que piense hacer otra cosa que no sea presentarse", según un interlocutor directo.