Cristina Cifuentes optó por desvincularse por completo de Esperanza Aguirre en su primera gran reunión con los cargos del PP de Madrid. Se marcó como objetivo recuperar "el orgullo de ser militante del PP", restituir la imagen "de partido limpio" y devolver "el protagonismo" a los afiliados, pero en ningún caso miró para atrás, lo que provocó el enfado de un sector del partido. "Aguirre ha llevado al partido a lo más alto, un poco de respeto", protestó en privado un alcalde.
En su intervención, Cifuentes no mencionó en ningún momento a Aguirre, presente en la sala. "Comparezco por primera vez ante todos vosotros, después de mi designación por el Comité Ejecutivo Nacional como presidenta de la gestora. Una gestora, como sabéis, que ha sido necesario constituir ante el vacío de poder creado con motivo de la dimisión de la presidenta y del secretario general", fue lo más que dijo. A partir de entonces, se centró en el futuro, en la "nueva etapa" que espera capitanear.
"Mantenemos nuestros principios y valores que nos identifican como lo que somos: el auténtico partido de centro de España, sin marcas blancas ni sucedáneos", destacó Cifuentes. Y, partiendo de esta base, prometió una auténtica transformación del partido a nivel regional, incluso antes de la celebración del congreso, que sigue bloqueado por la dirección nacional. "O convoco a todos a un proyecto apasionante que debemos acometer juntos, con toda la ilusión del mundo y con unos objetivos muy claros", emplazó a los integrantes de la formación.
Entre las medidas a implantar, anunció la descentralización de la actividad política del partido, una campaña masiva de afiliaciones o mejorar la gestión económica, por lo que se llevará a cabo una auditoría. También se refirió a la lucha contra la corrupción, y se reafirmó en la aplicación de un "estricto" código ético como al que ya se comprometen los integrantes de su Gobierno.
Además, avanzó que, cuando pueda convocar el congreso y confirme su candidatura, se retirará como presidenta de la gestora "para garantizar la neutralidad del proceso". Su compromiso con "las primarias" es total, según sus palabras. Aún más, "dará todas las facilidades para que cualquier afiliado pueda optar a la dirección del partido". Si bien, la dirección nacional da por descontado que no habrá obstáculos en su ascenso político. "Ella es el nuevo PP de Madrid", se reiteró este mismo lunes.
Nada sobre Aguirre. Ni una sola referencia. Hasta que llegó el turno de réplica, cuando tomó la palabra Joaquín Martínez, histórico de la formación, y pidió que se hiciese un reconocimiento expreso a la labor de Aguirre, lo que provocó un sonoro aplauso. Ni tan siquiera entonces dijo nada Cifuentes, provocando una importante discusión, ya fuera de la sala. "Una cosa es que abra una nueva etapa y otra que reniegue del PP de Madrid del que ha formado parte durante tantos años", se quejó un alto cargo.
Varios asistentes recordaron que Cifuentes fue pieza clave del PP de Madrid durante los últimos años. "Ha sido la número tres del partido. No es cabreo, es dolor lo que han sentido muchos", según añadió un cargo próximo Aguirre. "Por decoro, tenía que haber hecho alguna referencia", destacó un tercero, en conversación informal. Un alcalde puso el ejemplo de José María Aznar y el aniversario de su victoria electoral: "Pasa igual, al final, nos avergonzamos de nuestro legado".
En este sentido, fuentes próximas a la presidenta regional precisaron que ya hizo una mención a su antecesora en la rueda de prensa de la primera reunión de la gestora, aunque es de conocimiento del partido que la relación entre ambas llevaba meses siendo bastante mala. Si bien, algunos cargos no entendieron el gesto de este lunes. "Aunque fuera por educación", reiteró un miembro del Grupo Municipal, que aún controla Aguirre.