Si el Congreso de los Diputados ha sido el escenario de gruesas
descalificaciones y del espectáculo de Podemos y ERC, el parlamento
catalán no se ha quedado atrás. La sesión de control de los miércoles
al gobierno autonómico ha sido el contexto de un insulto de Anna
Gabriel, la diputada cupera, a un diputado del PP, Juan Milián, que
censuró que algunos diputados de la cámara catalana, entre ellos la
antedicha, "corrieran a abrazarse a Otegi al salir de prisión".
El comentario ha provocado una notable agitación y malestar entre los
parlamentarios nacionalistas, momento en el que Gabriel ha pronunciado el insulto que niega. "Esto no es normal", afirma haber dicho la aguerrida antisistema al concluir la frase. Sin embargo, el portavoz de los populares en Cataluña, Enric Millo, ha pedido amparo a la presidenta del "Parlament", Carme Forcadell, que se limitó a tomar nota de la queja del PP porque no oyó el calificativo de Gabriel.
En su intervención, Millo manifestó que "es inaceptable, una falta de
respeto a la cámara y lo que es aún peor, una falta de respeto para
las personas que sufren una minusvalía".
Romeva y el Estado "demófobo"
por "demófobo". "No es normal -añadió- tener a una persona seis años
en prisión sólo por opinar". Ante semejante declaración, Milián
replicó que Otegi había estado en la cárcel no por sus opiniones, sino
por integración en banda terrorista. El diputado de Ciudadanos,
Fernando del Páramo, también se enfrentó a Romeva.
De la "puta traidora" al "subnormal"
dominante de una legislatura que principió poco después de que Gabriel sufriera un linchamiento en las redes sociales por la negativa de su formación de investir a Mas. En aquel momento, Gabriel fue tachada de "puta traidora".