Con unas ojeras que delataban lo intenso de la noche negociadora (los equipos de PSOE y Ciudadanos abandonaron el Congreso pasadas las tres de la madrugada de este martes) y mientras Pedro Sánchez y el equipo del PSOE seguían reunidos con varios dirigentes centristas, Albert Rivera ha comparecido en rueda de prensa para asegurar que "estamos cerca de alcanzar un acuerdo con el PSOE pero no está todavía" y para fijar cinco condiciones irrenunciables para sellar el pacto: suprimir aforamientos, reducir a la mitad las firmas necesarias para presentar una Iniciativa Legislativa Popular, despolitizar la Justicia (en realidad un aspecto bastante avanzado del pacto), suprimir las diputaciones provinciales y limitar a dos los mandatos del presidente del Gobierno. Ninguna que colisione con Podemos, IU y Compromís, los partidos con los que también negocia el PSOE. Un paquete de medidas "sine qua non" que supondría como ha explicado el propio Rivera, una "reforma exprés" de la Constitución, para la que habría que contar con el PP, como también ha vuelto a reiterar el líder centrista.
Rivera ha insistido en que son medidas difíciles de asumir para un partido como el PSOE "con mochilas" aunque lo cierto es que sólo la supresión de las diputaciones pone en un brete a los socialistas, que sin embargo la incluyeron en su programa electoral de 2011. Además, ha asegurado que de cerrarse un documento conjunto con el PSOE contemplaría "un gobierno limpio de corrupción, sensato y reformista, que cumpla con el déficit, que no suba impuestos y que garantice la igualdad de todos los españoles" puntos que le alejarían de Podemos, aunque entre los puntos irrenunciables ya no están el contrato único o el complemento salarial, las dos medidas estrella de Luis Garicano, habitual blanco de las iras de los grupos parlamentarios de izquierda. A lo que no renuncia Rivera es a su oposición radical a una nueva subida del IRPF, máxime por su estimación de que no sería necesario con los 5.000 millones que se ahorraría el erario público con la eliminación de las diputaciones. En sus propias palabras: "No estoy dispuesto a que se le suba el IRPF a los españoles para mantener esos entes duplicados" ha asegurado, citando como ejemplo el adelgazamiento de la administración llevado a cabo por dos de los principales correligionarios de Sánchez: el primer ministro italiano Mateo Renzi y su homólogo francés Manuel Valls.
Unas condiciones no tan inasumibles para el PSOE
Pese a que Rivera ha enfatizado lo "difícil" que sería para el PSOE asumir esas cinco condiciones "irrenunciables" lo cierto es que, como informa Ketty Garat, tres de esas medidas se incluyen, con pequeños matices de diferencias, en el programa con el que Pedro Sánchez concurrió a las urnas el pasado 20 de diciembre. Un texto que abogaba igualmente por eliminar los aforamientos, por limitar a dos los mandatos presidenciales y por reducir las firmas necesarias para presentar una ILP. En concreto, el PSOE pide reducirlas a 300.000 y Ciudadanos a 250.000, una diferencia que no parece que sea lo que pueda frustrar el acuerdo para que Sánchez llegue a La Moncloa.