Los Pujol han permanecido algo menos de cuatro horas en la Audiencia Nacional para aportar pocas novedades. Accedían a dependencias judiciales con gesto tranquilo y entre leves sonrisas, imputados ambos por un delito continuado de blanqueo de capitales. El expresidente de Cataluña ha reproducido punto por punto el testimonio que prestó en enero de 2015 ante el Juzgado de Instrucción 31 de Barcelona que condujo inicialmente la causa: se desvincula de los negocios de su primogénito y señala el legado de su padre Florenci como el origen de la millonaria fortuna familiar. Por su parte, Marta Ferrusola Llados se ha acogido a su derecho a no declarar. Ambos han salido sin medidas cautelares.
Se han sentado ante el magistrado y las partes muy educados, con intención de colaborar y sin la "imagen de prepotencia" que ofreció Pujol en su comunicado en el Parlamento. Tal y como detallan las fuentes consultadas, los abogados del matrimonio han insistido en que el padre no oía, que estaba mayor. Han acordado incluso un pequeño descanso. Los presentes en la sala describen "mucho teatro, querían dar imagen de buenos". Aunque, al parecer, esta vez no han hecho ningún alegato en su defensa. Escuchar a Jordi sénior, detallaban, resulta agotador porque no completa las frases. Entre él y su abogado "nos han vuelto locos".
La millonada de Florenci
Existe una cuenta que dificulta la defensa de ex 'molt honorable'. Concretamente, la 63810 de la Banca Reig. Según advirtió el juez de la Mata, el patriarca figuró como titular de esa cuenta que albergó hasta 1.1 millones de euros. Sus fondos fueron ingresados en efectivo y se vació en diciembre de 2010. Pujol ha justificado este miércoles esa posición en el contexto de la reconciliación entre su primogénito y su exmujer, Mercé Gironés. La pareja rompió y, en un momento de acercamiento, Gironés exigió para retomar la relación total transparencia económica. Salió a la palestra el dinero en cuestión, que Júnior había ocultado para "escatimar" capital a su esposa en el divorcio, según fuentes judiciales. El primogénto se excusó entonces asegurando a su compañera que la cuenta pertenecía a su padre y, siempre en base a la versión de la familia, el expresidente dispuso en 2001 su rúbrica "por el bien de su hijo, para que no le desplumara". Pujol ha manifestado no sentirse orgulloso de este movimiento.
Sobre la fortuna de la familia, recurre de nuevo al abuelo muerto. Tal y como afirman fuentes presentes en el interrogatorio, Jordi sénior ha vinculado las cantidades millonarias con el legado de su padre Florenci, fallecido en 1980. Como ya había defendido, el dinero se habría repartido también entre su mujer y sus siete hijos por miedo a que el devenir de la política arruinara a Pujol Soley. En ese momento, el Ministerio Fiscal le ha solicitado expresamente que acreditara la herencia y el impuesto de sucesiones: "Rotundamente, no", habría contestado. El clan habló en un primer momento de herencia para más tarde dar un giro hacia el concepto de legado, que no deja rastro notarial.
El matrimonio ha querido desarticular con esta tesis los indicios que plantea el magistrado de instrucción. José de la Mata sitúa en presuntas comisiones ilegales a cambio de adjudicaciones públicas desde la Generalidad de Cataluña el origen del patrimonio Pujol. Una fortuna que el hijo mayor se habría encargado de repartir entre los miembros por medio de cuentas nominales en Andorra. Al expresidente no le consta, ha asegurado: él no posee ninguna en el extranjero, ni ahora ni nunca, y no conoce nada del resto de las cuentas familiares porque se llevaron "con secretismo", relatan las mismas fuentes.
Las cuentas de la madre y los siete hijos existen y fueron opacas, como reconoció el mismo Jordi padre. Pero ha reiterado ante el juez que nunca acompañó a su esposa a Andorra para hacer movimientos de dinero . Nueva contradicción detectada por el fiscal: "Si usted no ha viajado nunca a Andorra, ¿cómo está su firma en la cuenta de 1.1 millones?" Es necesaria la captura de firma para que figurar como titular. Pujol no ha sabido responder, indican fuentes jurídicas que "se ha ido por las ramas". Llevaba un guion muy estudiado.
Los negocios de Júnior
Tampoco sabe nada del reparto de millones entre los hijos al que alude el juez de la Mata. La gestión del legado le correspondió a Delfí Mateu, persona de máxima confianza del abuelo Florenci y, más tarde, de ex 'molt honorable'. Mateu delegó esta responsabilidad en Jordi Pujol Ferrusola, el primogénito, aludiendo que, junto a Marta Pujol Ferrusola, era el único mayor de edad. Según el patriarca, no tomó parte en esa decisión ni le pidió rendición de cuentas a nadie, solo deseaba conservar el capital. En este sentido, el expresidente admite que "le daba miedo todo lo que tenía que ver con ese tema", en alusión a la gestión de la herencia.
Y otra contradicción. La Fiscalía ha probado que, en el momento que se nombra a Júnior, en el año 1990, varios hijos habían alcanzado ya la mayoría de edad. La fortuna repartida, cualquiera que sea su origen, no se había declarado a Hacienda. El descubrimiento de este dinero opaco obligó a Pujol a comparecer en el Parlamento de Cataluña. A de la Mata le ha explicado que "lo hizo por ética", apuntan las citadas fuentes. Entonces afloraron más de cuatro millones de euros depositados en la Banca Privada de Andorra y el perdón de la familia "por lo que puede significar para toda la gente de buena voluntad que pueden sentirse defraudados en su confianza".
Para comenzar el dibujo de las actividades, la Audiencia Nacional apuntó a propiedades de Jordi Pujol Ferrusola y su exmujer, Mercé Gironés, por las que facturaron más de 11 millones de euros. No generaron ningún valor real añadido y su "única utilización fue canalizar capitales de presunto origen criminal para realizar inversiones y gastos en España y el extranjero", explicaba de la Mata. Operaban mediante "contratos simulados y facturas falsas" a través de un entramado societario. Según el juez, sus cuentas recibieron ingresos multimillonarios identificados en algunos casos con "personas que desarrollan una labor empresarial entroncada con el sector público en Cataluña". El expresidente se ha desvinculado de estos supuestos negocios, de los que tampoco sabía nada.
Sin medidas cautelares
No se han pedido medidas cautelares "porque Pujol tiene 86 años", apuntan fuentes jurídicas. También porque no se ha registrado ningún movimiento nuevo desde los 2,4 millones que extrajo de AndBank en 2014, cuando ya estaba imputado, para una operación mercantil en México. La defensa del clan habla de "hipótesis que son tan hipótesis que no dan ni para hacer preguntas". Sobre la gestión del hijo mayor, advierten, se le han pedido datos que no puede saber.
El titular del Juzgado Central de Instrucción 5 ha iniciado una nueva ronda de interrogatorios en la causa en la que investiga el presunto blanqueo de capitales orquestado por la familia Pujol. Este jueves comparecerá voluntariamente el hijo mayor para dar cuenta de su patrimonio. Según de la Mata, el conjunto de la familia ha venido "orquestando durante años una estrategia compartida y coordinada para desarrollar distintos negocios económicos, generar réditos, ocultarlos y distribuirlos entre todos de acuerdo con criterios establecidos para conseguir el lavado de los activos conseguidos".