Los diputados de IU Alberto Garzón y Sol Sánchez seguirán por ahora en el Grupo Mixto después de que el Registro del Congreso haya cerrado a las dos de la tarde y no se haya presentado la propuesta de formar grupo propio sumando los tres diputados que la formación tiene en las confluencias de Podemos.
Era de esperar que no se cumpliera el ultimátum que el coordinador federal, Cayo Lara, ha dado hoy a los tres parlamentarios de IU en las coaliciones gallega (Yolanda Díaz) y catalana (Joan Mena y Félix Alonso), que hasta ahora han desoído las reiteradas peticiones que se les ha hecho en este sentido.
El diputado de IU Alberto Garzón ha afirmado que el informe del coordinador, Cayo Lara, ante el Consejo Político es de "una grave irresponsabilidad política" por dar un ultimátum a los tres diputados incluidos en las confluencias de Podemos a formar grupo para evitar un duro recorte de la plantilla.
Un reproche que Garzón ha hecho a puerta cerrada, según han confirmado varias fuentes presentes dentro del cónclave, que ha sido muy tenso y con mucha división entre quienes ven en la posibilidad de tener grupo propio una tabla de salvación para afrontar la crisis financiera y los que, en la órbita de Garzón, no ven viable esta opción.
No la ven porque ya los tres diputados de IU en las confluencias, en reiteradas ocasiones, se han negado a contemplar esa posibilidad alegando que tienen un compromiso firmado con las candidaturas con las que se presentaron.
Si IU tuviera grupo propio, sumando los tres disputados adscritos a Podemos con Garzón y Sol Sánchez, que están ahora en el Mixto, podrían aprobar un plan de viabilidad económica menos drástico que el que está sobre la mesa, tal como ha dicho Lara, ya que, para empezar, recibirían dos millones de euros en concepto de devolución del buzoneo electoral.
Desde que empezaron las negociaciones para ver las posibilidades que tenía IU, con solo dos escaños, de conformar grupo parlamentario, argumentaron que tienen un compromiso de permanencia con sus respectivas candidaturas.
El ultimátum de Lara viene dado por la urgencia de que la Mesa de la Cámara pueda estudiar esta propuesta ya el próximo martes y permitir así que se apruebe un plan de viabilidad menos duro del previsto (un recorte del 60 por ciento de la plantilla) con los dos millones que recibiría en concepto de buzoneo electoral.