Se acabó. O el PP valenciano protagoniza un "cambio radical" o no logrará sobrevivir. Es el diagnóstico de Isabel Bonig, transmitido a sus interlocutores de la dirección nacional. La presidenta de la formación regional ha pedido a María Dolores de Cospedal y Fernando Marínez-Maíllo, con quienes se vio este mismo miércoles en Génova13, que le dejen acometer una refundación en toda regla, y de manera urgente. Los cambios, en caso de producirse, serán drásticos. Hasta el punto de cambiar el nombre del partido y buscar una nueva sede. "No podemos seguir así. La situación es dramática", transmite desde hace días.
"Lo importante es que los militantes y los valencianos visualicen un cambio radical con respecto a todo lo anterior", defiende la propia Bonig en conversación con este diario. Y ya tiene un plan detallado, consensuado con los líderes locales de la formación; Vicente Betoret (Valencia), Javier Moliner (Castellón) y José Císcar (Alicante). Para empezar, quiere cerrar la histórica sede de la calle Quart en la ciudad del Turia y renunciar a las siglas del PP, aunque sin romper con el partido a nivel nacional. Por ejemplo, "llamándonos populares valencianos", según fuentes de la dirección regional, "al estilo de Unión del Pueblo Navarro".
Un terremoto no sólo en las formas, sino también en el fondo. Bonig quiere implantar el sistema de "un militante, un voto" en el partido a todos los niveles, la limitación de mandatos y acabar con los aforamientos, en línea con lo propuesto por Cristina Cifuentes o Juan Vicente Herrera. Por supuesto, también aumentaría los controles para evitar cualquier atisbo de corrupción. "Tenemos que construir un nuevo discurso sin abandonar al PP nacional. Hay que escenificar un cambio de verdad", arguyó la líder regional, dispuesta a romper con todo lo anterior, aunque manteniendo los principios y valores.
Bonig no quiere perder el tiempo. Pretende que los ajustes se lleven acabo ya, sin demora, a través de la celebración de un cónclave regional extraordinario. "Hemos solicitado -a la dirección nacional- un congreso regional urgente", desvelaron las fuentes consultadas. "No queremos romper con el PP a nivel nacional, pero ese congreso tiene que ser cuanto antes", se reafirmaron.
Rajoy ordena una purga interna
En Génova, son conscientes de los planes y las prisas de Bonig. Y están estudiando los posibles escenarios. Tras las autonómicas y locales, Mariano Rajoy estableció que los congresos regionales no se celebraran hasta después del nacional, que ha retrasado hasta que no se aclare la situación política del país. Aún más, en caso de nuevas elecciones, el presidente descartó ningún movimiento hasta después de las mismas, lo que le aseguraría volver a ser candidato si así lo estima oportuno. "Y nos iríamos a verano, o más tarde". Una hoja de ruta que ahora es susceptible de modificaciones, según confirmaron fuentes de la cúpula.
"Puede haber cambios, pero todavía no está decidido", reconoció un integrante de la dirección nacional, que está negociando actualmente con Bonig. "Se están barajando todos los escenarios", expuso, dando a entender que el PP valenciano podría iniciar su refundación antes que el resto dada la alarma existente. Cabe recordar que no pocas estructuras, como la de Madrid, Baleares o Aragón, pidieron celebrar congresos de manera inmediata tras la hecatombe electoral de mayo, pero Génova rechazó de plano esa posibilidad.
Como siempre, enfatizaron las fuentes consultadas, Rajoy será quien tome la última palabra. Aunque algo parece moverse. En el último comité de dirección, celebrado el lunes en Génova13, ordenó que se identifique a todos los cargos del PP regional y se analice si están "limpios" de cara a la nueva etapa que pretende abrir Bonig, más aún teniendo en cuenta la gestora de la formación en Valencia ciudad. El objetivo es encontrar a cargos con un "perfil seguro" y que, en los próximos meses, puedan ocupar nuevas responsabilidades sin que se puedan ver implicados por supuestos casos de corrupción. "Evidentemente, Rita Barberá no cumpliría esos requisitos. Buscamos gente nueva que ilusione a los nuestros", constataron al más alto nivel, no sin temer que se conozcan nuevas grabaciones comprometedoras.
La petición del presidente y los planes de Bonig parecen casar, aunque en la cúpula nacional reclamaron "tiempo" y avisaron de que no se tomarán decisiones a la ligera. Lo único en lo que prácticamente coinciden todas las fuentes consultadas es que hay que limpiar el PP de Valencia, pero algunos cargos dudan de que la solución pase por "esconder o eliminar nuestras siglas".
Un escenario ante el que cada vez se hace más difícil gestionar el caso de Barberá. "Su situación será exactamente la misma que la de cualquier otro militante del PP", dijo Rajoy el martes, en una comparecencia de prensa en Moncloa. Entonces, dio a entender que Bonig tiene manos libres para actuar contra la lacra contra la corrupción. Y la presión interna para que renuncie a su acta de senadora aumenta cada día, más aún teniendo en cuenta que los puentes entre la otrora alcaldesa de Valencia y Bonig están rotos. "Ella sabrá lo que tiene que hacer y el partido también", contestó a la prensa Jorge Fernández-Díaz. "El partido tomará la decisión que tenga que tomar", zanjó Cospedal.