Después de que la CUP y Junts pel Sí alcanzaran un acuerdo in extremis este sábado para la dimisión de Artur Mas y la investidura de Carles Puigdemont con tráfico de escaños incluido, la presidenta del Parlamento Catalán ha propuesto oficilamente al delfín convergente radical, Puigdemont, como nuevo presidente de la Generalidad.
La convocatoria ha sido contrarreloj y ha contado con la oposición de PPC y Ciudadanos, que han denunciado irregularidades (García Albiol ha solicitado la anulación de la sesión por incumplir el reglamento). A las 17:00 arranca la sesión de investidura que ha de concluir, en cualquiera de los casos, antes de medianoche. De no ser así, Puigdemont en lugar de ser President se convertiría en calabaza y Mas se vería obligado a convocar nuevas elecciones. En cualquier caso, este escenario no se maneja, ya que CUP y Junts pel Sí dejaron bien atados los votos necesarios para echar a andar una legislatura que busca como único objetivo la "desconexión" con el resto de España, la separación del territorio nacional y la proclamación de la "República independiente catalana".
La presidenta Carme Forcadell, convocó este sábado para las cuatro de la tarde de este domingo la Mesa y a la Junta de Portavoces de la cámara catalana para que pueda celebrarse una hora después, el pleno de investidura del nuevo presidente de la Generalidad, a pocas horas de que expire el plazo legal esta medianoche.
La celeridad con la que se ha convocado el pleno ha provocado malestar en Ciudadanos y en el PPC, partido este último que cuestiona que se ajuste al reglamento de la cámara catalana.
Por su parte, Ciudadanos ha trasladado a Forcadell su "malestar" y "desacuerdo" por las "formas" en las que se ha convocado el pleno de investidura, en las que según esta formación "se está exprimiendo" el reglamento en favor de los "intereses" de los separatistas.