Nada cambia, pese a estar en funciones. "El Gobierno de España quiere recordar que todos estamos sometidos al imperio de la Ley y más aun aquellos a quienes se les encomienda la representación de las instituciones", avisó Mariano Rajoy a través de un comunicado poco después del "acuerdo de última hora" por el que Artur Mas capitula a favor de Carles Puigdemont, un convergente radical.
En Moncloa quisieron transmitir que el Gobierno será un muro ante la amenaza separatista pese a la situación política que atraviesa el país. "Las instituciones autonómicas catalanas encuentras su legitimidad en la Constitución", se recordó por escrito. Y se insistió: "No hay mayoría parlamentaria que pueda amparar o justificar actos ilegales o, menos aún, la pretensión de romper la soberanía nacional" expresada en la Carta Magna.
Un serio aviso a navegantes "para que nadie se lleve a engaños", según las fuentes consultadas. "El Gobierno puede actuar, tiene todas las herramientas -incluida la suspensión de la autonomía- que le otorga la Constitución", enfatizaron al más alto nivel, tras una tarde en la que tanto el presidente en funciones como gran parte de su gabinete estuvieron muy atentos al devenir de los acontecimientos en Cataluña. "Qué esperpento", apuntó un ministro en conversación informal con este diario.
Mensaje a Pedro Sánchez
En el escrito, remitido a los medios pasadas las siete de la tarde, Rajoy todavía reitera una vez más que el Ejecutivo garantiza que "la Ley se respetará", y volvió a poner en conocimiento público que el pasado 2 de diciembre el Tribunal Constitucional ya acordó, por unanimidad, declarar nula la resolución rupturista del Parlamento catalán. "El Gobierno quiere hacer un nuevo llamamiento a la responsabilidad de los dirigentes de Cataluña para que pongan fin a la estrategia de división y fractura de la sociedad catalana, y dediquen sus esfuerzos a buscar solución a los problemas de los ciudadanos en vez de generar nuevas tensiones", se puede leer en el comunicado.
El último mensaje del texto tiene como destinatario a Pedro Sánchez, que ha abierto la puerta a pactar con Podemos y otras formaciones separatistas. Rajoy no dudó en trasladar "la necesidad de que el próximo Gobierno cuente con una amplia base parlamentaria que garantice la estabilidad y la capacidad para defender con solvencia y eficacia el derecho de todos los españoles a decidir sobre su país, y hacer frente al desafío separatista". Esto es, una gran coalición entre el PP, el PSOE y Ciudadanos que Sánchez ha rechazado de forma reiterada.